Derechos
de los y las jóvenes
Por Gloria Serrato
Recientemente
se firmó un convenio de colaboración entre la UNICEF (Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia) y el gobierno de México, para dar cumplimiento a la
Convención Iberoamérica de derechos de los jóvenes, que es un tratado
internacional de derechos humanos, firmado 11 de octubre del 2005, y del que
forma parte México.
Esta
convención pretende que se cumplan los derechos humanos de los jóvenes entre 15
y 24 años, y los gobiernos de los países miembros deben apoyar para que los
jóvenes gocen sus derechos y que se tomen las medidas jurídicas necesarias para
que puedan hacerlo.
Los y
las jóvenes son los más vulnerables, se les ataca desde el ámbito familiar y y
el público. Se ha hablado tanto de alcanzar apoyos para jóvenes, en educación,
en cultura, en recreación, etc., pero
también se le ha restringido su participación de acuerdo con las garantías
internacionales a que tiene acceso. Es imprescindible que se ratificara la
Convención Iberoamericana de derechos de los jóvenes, porque con ello se le da
solvencia al aspecto legal que en México aún no se logra.
Hemos
visto información de jóvenes asesinados que se dedicaban a la venta de droga,
niños a los que explotan laboralmente, que desaparecen, a jóvenes que se les
denigra porque aún no tienen madurez y experiencia para resolver problemas, madres
adolescentes, exceso en las jornadas laborales, tanto las remuneradas como las
de trabajo doméstico.
El
día 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el trabajo infantil. No sólo nos
referimos a que el menor deba trabajar para apoyar y sostener a su familia,
como en muchos casos de familias de escasos recursos, sino como una
posibilidad de esclavitud y a veces generalmente de la propia familia. Una niña, un niño, o adolescentes no podrán
abandonar la escuela para el trabajo de tiempo completo. Pero para muchos
padres de familia la idea de estudiar es perder el tiempo, por lo tanto la
deserción escolar va en aumento a pesar de los acuerdos internacionales que
México debe cumplir para evitar abandonar los estudios.
Ere pues
necesario que se ratificara ese convenio internacional y recientemente se llevó
a cabo por parte de la UNICEF y el Gobierno de México. Y en el que las
diferentes dependencias involucradas participaron como son el DIF Nacional,
Secretaría de Gobernación, la Secretaria de Desarrollo Social, la Secretaria de
Educación y la secretaría de Salud.
Se pretende que se erradique la violencia contra los jóvenes,
que se busque el desarrollo infantil, protegiendo al menor de cualquier
situación de violencia. Además se pretende impulsar políticas de seguimiento
para revisar como están los programas de inclusión social y de protección de
los derechos de niños, niñas y adolescentes. En materia educativa se pretende
mejorar esa inclusión y calidad de la educación de los adolescentes, porque es
una realidad que muchos de esos abandonan los estudios para trabajar y apoyar a
su familia o bien mantener a la que ya procrearon; y con respecto de la salud, para que tengan
acceso a los servicios básicos de
salud.
El estudio “Pobreza
y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México, 2008-2010”
analiza las particularidades de la pobreza infantil y las tendencias observadas
entre 2008 y 2010.
Este estudio mencionaba que casi 22 millones de menores y
adolescentes se encontraban en situación de pobreza. Pero por qué hablamos de pobreza en este
grupo de seres humanos, si son niños y son responsabilidad de nosotros y
nosotras como adultos? Porque constituye una violación a sus derechos, porque
para tengan una vida emocional sana deben cumplir con sus obligaciones propias
de la edad, y no la responsabilidad de mantener muchas de las veces a la
familia completa, ya sea porque son una familia numerosa, o porque el padre los
abandonó.
Para evitar que más jovencitos sigan en una condición que
viole sus derechos como humanos, es necesario que el gobierno les garantice el
acceso a los servicios básicos, sin ninguna condición.
Por ejemplo un joven de
18 años, que sus padres ya no la apoyarán porque es mayor de edad, se encuentra
en indefensión total, probablemente si haber concluido sus estudios básicos,
sin empleo, sin acceso a los servicios de salud,, qué hace este chico si se
enferma? Es tan vulnerable, que es presa fácil del crimen organizado.
El estudio revela que 7 de cada 10 niñas, niños y
adolescentes indígenas vivían en pobreza en 2010. Por ello, es relevante
invertir en la niñez y adolescencia de forma progresiva y continua, atender las
carencias sociales en materia de salud, alimentación y educación, el estudio
menciona además que la población infantil y adolescente en situación de pobreza
no es un grupo compacto ni homogéneo. La pobreza afecta en mayor grado a las
poblaciones indígenas y en las zonas rurales, y prioritariamente a las niñas y
a las adolescentes, son las primeras que abandonan los estudios. Con avances
importantes porque en los últimos años se apreció una reversibilidad y más
niñas terminan la primaria y secundaria, pero el bachillerato lo dejan trunco,
en una buena parte por embarazo.
Silvia Ortega directora del sistema Colegio de
Bachilleres (COBACH) admitió que a nivel
nacional se tiene una tasa de deserción anual de 600 mil jóvenes, de nivel
preparatoria. Siendo la primer causa las crisis familiares, no es tanto la
pobreza, los que ya están en este nivel han superado este tema, los más pobres
se quedan en nivel primaria y secundaria, y la otra causa es el aburrimiento,
porque afirman “Me
aburro, nada de lo que me enseñan me interesa y no entiendo.
Y el caso de jóvenes que protestan por sus derechos se les
persigue y se les sanciona como es el movimiento #Yo Soy132.
A pesar de ello el gobierno federal cuenta con una cartilla
de los derechos de los adolescentes: que son 13 derechos, entre otros:
Libertad para decidir sobre su cuerpo y su sexualidad, en lo
relativo a la educación sexual, servicios de salud reproductiva; ; derecho a la
intimidad y vida privada; derecho a la libertad reproductiva; derecho a la
igualdad, oportunidad y equidad. Vivir libre de discriminación; vivir libre de
violencia sexual, entre otros.
Hoy nuestros jóvenes están en medio de una gran batalla por
abrirse camino y no les damos las facilidades los adultos para ello.
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