lunes, 27 de enero de 2020

MARCHAS Y FEMINICIDIO, por Gloria Serrato

 MARCHAS Y FEMINICIDIO

Colaboración para Global Media:

https://www.globalmedia.mx/articles/Marchas-y-feminicidio

27 ENERO DE 2020

¿Por qué nos dan tanto miedo las manifestaciones? Una parte de ese temor lo obtenemos de los medios de comunicación, algunos de ellos se han encargado de estigmatizar las protestas que realizan las personas, ya sean las caminatas, las marchas, actos de presencia, movilizaciones en redes sociales; desestiman el interés inicial que motivó o que originó una movilización de personas para exigir el cumplimiento de sus derechos y es información que se atomiza con sólo hablar de los aspectos negativos.

Cuando las movilizaciones que emprenden colectivos y muchas personas carecen de la información necesaria para saber los motivos su protesta, los medios de comunicación no transmiten toda la información, lo que puede generar que las personas tomemos puntos de vista diferentes de los que la protesta llevó acabo. Vamos poniendo un ejemplo este fin de semana en la ciudad de México se realizaron diferentes movilizaciones, una que busca la paz para las víctimas, otra que tiene que ver con los derechos qué las mujeres han estado exigiendo desde hace décadas.

En todas las manifestaciones que se realizan en la vía pública hay personas que están a favor y otras personas que están en contra, pero estamos hablando de derechos humanos como son la libertad de expresión, el de movilidad; hacerlo en una ciudad tan caótica como lo es la Ciudad de México en donde cada acto de protesta significa un conflicto vial porque muchas personas truncan sus actividades cotidianas, genera en casi todos los casos, animadversión, y se olvida el motivo de la protesta.

Las manifestaciones de mujeres, aquellas que están exigiendo el respeto y cumplimiento de nuestros derechos humanos, las realizan los fines de semana, es decir en días en los que la movilización vehicular es menor.

En los actos de protesta en ocasiones sólo se hace público lo negativo, o nos relatan algunos hechos que se alejan del origen de dicha manifestación. Los cambios no se generan con la sola visibilización de lo que nos hace falta, es necesario mostrar el origen del conflicto, más aún con temas tan delicados como son feminicidios.

Las mujeres vivimos violencia todos los días, el año pasado se registraron casi tres mil muertes violentas de mujeres, sólo 726 se investigan como feminicidio, en casi la mayor parte de los casos hubo violencia previa, es decir estuvieron expuestas a diferentes tipos como puede ser la económica, física, psicológica, patrimonial, acoso, hostigamiento. En San Luis Potosí, sólo en lo que va de este año suman ya cuatro muertes violentas de mujeres.

Ser mujer y además acudir a una protesta en el antimonumento en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, no es una actividad libre de riesgos, y muchas optan para evitar represalias cubrirse el rostro. 

Es fin de semana se convocó a una protesta en dicho lugar con el objetivo de hacer un posicionamiento sobre el caso del feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio que hace dos años fue asesinada por su novio en Ciudad Universitaria de la UNAM, fue gracias a las protestas encabezadas por la madre de Lesvy, la señora Aracely Osorio como se logró que la Fiscalía de la Ciudad de México reclasificara el delito de Homicidio simple culposo a Feminicidio. Es un alcance singular gracias a los movimientos de personas.

Es importante dejar de asociar la palabra feminismo a acciones que no conducen a nada, porque no es así, estamos de frente a una nueva forma de convivencia con los movimientos emergentes, de colectivos que durante años no han tenido la voz para ser escuchados. La historia del feminismo ha estado siempre contaminada por muchas personas que pretenden no soltar sus privilegios. El feminismo es un movimiento social y político que sigue presente.

lunes, 13 de enero de 2020

FEMINICIDIO CON NOMBRES, por Gloria Serrato

 FEMINICIDIO CON NOMBRES

Colaboración para Global Media:

https://www.globalmedia.mx/articles/Feminicidio-con-nombres

13 ENERO DE 2020

Empezando un nuevo ciclo nos da la ilusión de que los cambios anhelados podrán hacerse posible, en el campo que reviso y atiendo todos los días, relacionados a alcanzar la paz para las mujeres, a erradicar la violencia, se hace indispensable no quitar el dedo del renglón en visibilizar que las poblaciones más desprotegidas seguimos siendo las mujeres de cualquier edad, se hace indispensable que en este año estemos atentas a que no sean utilizadas como estrategia política electoral.

Tenemos en el ambiente informativo un gran tema: los feminicidios y las muertes violentas de mujeres, en el que por un lado están los datos que la autoridad nos ofrece sobre el avance que hay, por otro lado es la sensación que existe de parte de las mujeres que han vivido y denunciado violencia, y en otro extremo las mujeres que perciben inseguridad en todas las esferas.

Podemos además apreciar que en este contexto están los hombres, no sólo a la expectativa, sino también polarizados, por un lado quienes se suman al acompañamiento en el crecimiento y desarrollo de los derechos de las mujeres y aquellos que no han recibido orientación sobre la necesidad del cambio para alcanzar la igualdad plena.

Este comienzo de año que nos sea de utilidad para repensar y nos lleve a una profunda reflexión sobre qué debemos hacer. En semanas pasadas el ayuntamiento de la ciudad capital anunció la Puerta Violeta como un espacio de atención a las mujeres que viven violencia, se trata de un nuevo proyecto que se alimentará dentro de poco con fondos económicos federales.

Las mujeres que han vivido algún tipo de violencia requieren de atención, acompañamiento y apoyo, todos los proyectos que se sumen a esta causa son una oportunidad para que más mujeres no sean asesinadas por la ausencia de espacios para que tengan la atención debida.

Lo interesante de un proyecto como Puerta Violeta que se suma al Centro de Justicia para las Mujeres, las Unidades de Atención a  la Mujer de cada municipio, deben ser proyectos con un genuino beneficio de futuro y no político.

En San Luis Potosí los centros de justicia surgieron en el contexto de una campaña electoral, sería perverso que la los municipios quisieran sacar ventaja política de hechos tan graves y delicados como lo son que miles de mujeres, niñas y adolescentes que han ya denunciado violencia y no encuentran los apoyos necesarios para reahcer su proyecto de vida.

En septiembre del año que acaba de pasar conocí a Yesica Leticia una joven de apenas 28 años de edad, consumidora de sustancias tóxicas, víctima de explotación sexual de parte de su pareja sentimental. Llega a San Luis Potosí, y continúa el trabajo sexual forzado. Cuando su familia originaria de Guadalajara se entera que la pequeña hija de Yesica fue víctima de agresión sexual por parte de la pareja, decide venir por ambas, a los pocos días Yesica se regresa.

La agrede de manera continua su pareja hasta el punto que le fractura varias costillas, ingresa al Hospital y es cuando la orientan, le exponen la necesidad de denunciar y de llevar un tratamiento de desintoxicación. Pero no está sencillo, no hay a dónde pueda acudir, la vía podría ser un anexo, a pesar de que el hecho de violencia que denunció la ponía en riesgo de perder la vida, no había un lugar adecuado al que pudiera acudir para albergarse y desintoxicarse.

Los proyectos actuales que ofrecen ayuda temporal no están diseñados para mujeres que además de sufrir violencia, son adictas o padecen de trastornos psiquiátricos. El Estado no las ha contemplado. Los programas se diseñan entorno de una mujer relativamente sana emocionalmente y sin ningún antecedente de adicción o trastornos, desajustes mentales. Para ellas, simplemente no hay opciones, más que las redes familiares de apoyo, que muchas de las ocasiones no son las la mejor alternativa.

Yesica fue golpeada en innumerables ocasiones, y obligada a prostituirse por parte de su agresor, y para evitar que ella escapara la mantenía drogada continuamente. Su familia una y otra vez venían a recogerla, pero invariablemente regresaba con el agresor. Ella no tuvo terapias, no tuvo una desintoxicación que le permitiera estar plenamente consciente de los hechos que vivía. A Yesica la mató en diciembre el hombre que por más de 8 años la estuvo violentando.

Las Puertas Violetas, los Centros de Justicia, la política pública del Estado no tiene ningún apoyo para mujeres como Yesica, es más no tiene ni siquiera un proyecto. El modelo de atención de los Centros de Justicia que se diseñó hace varios años como parte de la política pública necesario tras el caso que llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el de Campo Algodonero. Al ser Política Pública deben dejarla sin ningún motivo para interpretaciones política.

Las mujeres requieren de un apoyo que piense en todos sus grados de vulnerabilidad: por su condición económica, social, de salud, de discapacidad, de origen, etcétera, porque las mujeres no somos una cifra, las mujeres que fueron asesinadas no son sólo datos, tienen nombre y un pasado en  el que la ayuda nunca llegó.

 

lunes, 6 de enero de 2020

EL 2020 COMO ¿UN AÑO ALENTADOR?, por Gloria Serrato

 EL 2020 COMO ¿UN AÑO ALENTADOR?

Colaboración para Global Media:

https://www.globalmedia.mx/articles/El-2020-como-un-a-o-alentador-

06 ENERO DE 2020

Los primeros días, incluso semanas de cada comienzo de año tiene un simbolismo en el ideario colectivo de las personas, porque queremos cambiar aquello que salió diferente a lo planeado o esperado o soñado. El 2020 representa para muchas personas la esperanza de un nuevo desarrollo, no sólo en el terreno personal sino para nuestro entorno.

Las mujeres seguimos en la consolidación de un nuevo panorama que nos brinde la oportunidad de la igualdad plena, parece que hemos avanzado mucho, pero no en todos los campos de nuestro desarrollo. Vamos poniendo ejemplos, una de las brechas que sigue sin poderse disminuir es la del trabajo invisible que hacemos todos los días muchas mujeres y que por supuesto no tiene una remuneración.

Seguimos teniendo una enorme diferencia entre el tiempo que destinamos las mujeres con respecto de los hombres a la atención, al cuidado de otras personas y de nuestra casa. Podemos empezar por preguntarnos ¿Quién en el hogar realiza las actividades de limpieza, de orden, lo que llamamos labores domésticas? Si la respuesta es “Yo le ayudo a… mi esposa, pareja, mamá” Entonces tenemos frente a nosotros que es una mujer la que lleva a la carga de la responsabilidad en que una vivienda este organizada.

Veamos a qué le denominamos Labores Domésticas, porque también al agrupar estas dos palabras nos invisibiliza todo lo que conlleva, para ello tomaré lo que el INEGI nos dice sobre el trabajo no remunerado en los hogares mexicanos[1]

a) Elaborar los alimentos, que implica la compra de los mismos y administrar los recursos que se gastarán para ello, además de su almacenamiento y tiempo invertido en cocinar;

b) Limpieza y mantenimiento de la vivienda, que también incluye la administración de los recursos económicos que en ello se gastarán, quién limpia qué en la casa, a qué hora, cuánto tiempo destinamos las mujeres a la limpieza y al mantenimiento del orden ;

c) Limpieza y Cuidado de la ropa y calzado, que va desde lavar la ropa, plancharla, acomodarla, organizarla de acuerdo a los intereses de cada miembro de la familia, quien usa solo ropa blanca y los insumos necesarios para su limpieza, quien usa determinado tipo de zapatos, ropa interior, ropa de uniformes, y sólo nos referimos a la limpieza y orden;

d) Compras y Administración del hogar, que implica cómo se debe gastar el dinero que llega a una familia, y que en tres de cada 10 familias sólo se recibe el ingreso de la mujer.

Esto es sólo con respecto de la limpieza y organización de la casa, imagínese ahora todo el trabajo que implica y que no se ve. ¿Lo va recreando en su mente? Bueno pues ahora piense quién lo realiza, quizá haya hogares que tengan el apoyo de una persona para que colabore con todas estas actividades, pero ¿es mujer?.

Vayamos a otros aspectos también que no se ven pero que las mujeres lo seguimos realizando en la mayor parte de los hogares:

a) Cuidados y Apoyo, en esta parte nos referimos a que en la casa la persona que cuida de otros es generalmente la mujer, puede ser la mamá, la hija, la hermana, la cuñada, la abuelita, o la tía, es a quienes luego le encargamos a los hijos e hijas cuando no hay día de clase y tenemos que trabajar, pero quien lo organiza y se hace cargo de que se asegure que alguien nos apoye es precisamente las mujeres.

b) Ayuda a otros hogares y  trabajo voluntario, que es también cuidar a familiares enfermos, o que requieren de atención continua en sus propias casas.

Todas estas actividades tienen por supuesto un valor que el INEGI tasó en pesos y en horas destinadas, las mujeres a la semana dedicamos más de 40 horas a todas estas actividades, es decir nos pasamos casi dos días realizándolas, mientras que los hombres dedican 14 horas, es decir la mitad de un día. Por supuesto que visto desde el tiempo que se le dedica hay una brecha considerable en la que tenemos que replantearnos hombres y mujeres cómo podemos distribuir la carga para que nosotras llevemos cabo otras actividades  relacionadas con nuestro desarrollo profesional .

 

El Valor económico del trabajo no remunerado de los hogares respecto del PIB (Producto Interno Bruto) nacional, de las mujeres significa un 18.5 por ciento, y el de los hombres un 6.7 por ciento, esto quiere decir que si nosotras dejáramos de hacer estas actividades tendría una fuerte repercusión en la economía nacional.  En Estados Unidos durante los años sesentas las empresas decían que tenían un “socio oculto” que era más bien una socia y era la American Wife, porque ella se aseguraba, decían que el trabajador norteamericano fuera tranquilamente a laborar sin pendientes relacionados con su hogar.

Esta idea persiste, sólo que además de llevar a cabo esas actividades, tambie´n trabajamos.

 



[1] Trabajo no Remunerado de los Hogares, Valor económico de las labores domésticas y de cuidados no remunerados, datos 2018, enlace recuperado en https://www.inegi.org.mx/temas/tnrh/default.html#Informacion_general