lunes, 28 de enero de 2019

EL FEMINICIDIO Y SU COSTO SOCIAL


EL FEMINICIDIO Y SU COSTO SOCIAL
Colaboración para Global Media
28 ENERO 2019.

El año 2018 fue un año complejo en el tema del combate a la violencia contra las mujeres y particularmente en lo que a feminicidio se refiere, los cambios en los nuevos gobiernos no deberían impactar en la forma de conducir las estrategias orientadas a sensibilizar, prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Nos movilizamos como sociedad civil y como gobiernos de los estados al enterarnos que habría recortes presupuestales a los recursos destinados para acciones en favor de la igualdad entre hombres y mujeres, pero no nos movemos para observar que los fondos se apliquen de manera adecuada y pertinente.

La violencia extrema contra las mujeres es el feminicidio, el impacto es en agravio directo de la víctima, pero también a su familia, sus hijos e hijas, su madre, su padre; y por supuesto que hay un deterioro para la sociedad porque nos muestra a familias que han vivido la violencia como rutina de diario, se han acostumbrado a las relaciones de conflicto, de maltrato físico y psicológico, de carencias económicas, y se hace normal vivir en medio de la violencia.

El feminicidio es la designación que se da al hecho de quitarle la vida a una mujer por cuestiones de discriminación, por violencia de género, y va desde que exista o haya existido una relación (afecto; docente; o laboral, o cualquier otra que implique amistad, confianza, subordinación, o superioridad, entre la víctima y el agresor); haya habido violencia sexual;  mutilaciones, lesiones infamantes y degradantes; que haya habido violencia previamente a su muerte; que la haya amenazado, acosado o agredido sexualmente; que la haya incomunicado; que exponga su cuerpo, lo arroje a un lugar público, para el caso de San Luis Potosí queda señalado en el Artículo 135 del Código Penal.

En éste primer mes del año se registraron tres muertes violentas de mujeres, el 10 de enero una mujer de 58 años de edad oriunda del municipio de Santo Domingo la atacó su pareja con arma blanca y se dio a la fuga; el 20 de enero en la ciudad de San Luis Potosí una mujer de 70 años fue agredida por su pareja con arma blanca y murió en el Hospital Central; y el 27 de enero en Ciudad Valles una mujer fue asesinada con un disparo en la cabeza y abandonado su cuerpo en un camino de terracería.

En 2018 y de acuerdo con datos que los propios medios de comunicación han ofrecido, las edades de las víctimas oscilan entre los 2 años de edad y lo 70, afectando principalmente al grupo de mujeres en edad productiva y siendo el sostén completo de sus familias.

El costo que implica el daño emocional, económico, patrimonial a las familias por no atender de manera adecuada la violencia familiar es mayor que la inversión social que se pueda realizar al sostener a institutos de las mujeres, centros de justicia para las mujeres, unidades municipales, unidades de gobierno que atiendan problemas de violencia de género. El dolor de las familias va en aumento en la medida que pasa el tiempo y se carece de una conclusión en la investigación que realizan las autoridades.

La inversión social en planes de gobierno con perspectiva de género no es aún un hecho, el gobierno del estado y los gobiernos municipales, sobre todo aquellos que tienen Alerta de Género desde el 21 de junio de 2017, deben revisar con atención el presupuesto que asignan a la prevención, atención y erradicación de  la violencia contra las mujeres, y aumentar los fondos para enfrentar con acciones reales, específicas y que de verdad vayan al fondo para resolver la problemática que padecen las mujeres.

La federación se ha hecho “cargo” durante años de atacar la problemática de la violencia de género con varios objetivos entre ellos para cumplir con los acuerdos internacionales que se firmaron, pero la manera de radicar los recursos a las entidades siempre fue por un sistema de concurso mediante proyectos que realizaban los institutos de las mujeres de cada entidad, había una medida discrecional para la obtención de esos fondos; y dejó sin obligación a las entidades de contar con una partida presupuestal exclusivamente para atender los temas de discriminación contra las mujeres en su modalidad de violencia.

Los estados no han hecho lo que les corresponde, y el presupuesto con perspectiva de género no se concreta, no hay acciones que tengan que ver con darles respuesta a las familias de las víctimas; y hemos visto que es muy importante atender la prevención para evitar que haya más actos de barbarie contra las mujeres, pero también es indispensable que no se despilfarre el recurso que implica una acción a favor de las mujeres.

Invertir en acciones de prevención no sólo debe ser tarea de la federación, sino de los estados y los municipios, no debe un actuar discrecional en la aplicación de los recursos económicos, y debe haber un seguimiento puntual  a las mujeres que se han atrevido a poner una denuncia contra hombres que han tenido comportamientos violentos.

lunes, 21 de enero de 2019

¿A DÓNDE QUEREMOS IR LAS MUJERES?


¿A DÓNDE QUEREMOS IR LAS MUJERES?
Colaboración para Global Media
21 ENERO 2019.

Desde hace varias décadas las mujeres queremos un trato igual, hemos visto avanzar a través de acciones afirmativas la disminución de la brecha de desigualdad; queremos caminar por las calles con tranquilidad, pero también queremos que el hogar sea el espacio seguro y queremos mayor participación en todos los espacios de tomas de decisiones.

Si hemos avanzado de manera significativa y queremos que no haya un sólo paso para atrás en logros obtenidos.

En materia política sigue vigente el reto, a pesar de los avances de la elección pasada en el que se alcanzó equidad en los congresos de los estados y en el Congreso de la Unión, observamos que las mujeres no están en las comisiones legislativas que llevan a cabo las negociaciones o acuerdos políticos. Los logros no los podemos minimizar porque hemos obtenido transformaciones en nuestra inserción en la vida económica y laboral, educativa, de negocios, etc.

Sin embargo en situaciones de la vida cotidiana seguimos empantanadas. Todos los días mujeres son víctimas de violencia, un 43. 9 porciento [1] de las mujeres han sufrido violencia en sus relaciones de pareja, y desde edades muy tempranas las niñas deben enfrentar la violencia. Esto es lo que cada día las mujeres resienten en sus relaciones interpersonales, sean en la comunidad, la escuela, el trabajo o el hogar.

¿Qué hacemos en el hogar para alcanzar primero la equidad y luego la igualdad? Es decir ¿cómo generamos sinergias responsables para comportamientos proactivos en las relaciones entre hombres y mujeres?

Hace algunos meses Martha Lamas escribió en su libro “Acoso ¿Denuncia Legítima o victimización?” publicado en editorial del Fondo de Cultura Económica, sobre las denuncias públicas en sitios de internet que mujeres realizaron años después de haber vivido algún tipo de agresión sexual, para que les dieran determinados papeles en películas, obras de teatro, comerciales, etc., los relatos de muchas mujeres quedaron agrupados en los hastach  #MeToo en Estados Unidos y #BalanceTonPorc , cuando leíamos horrorizados los testimonios, sale a la escena Martha Lamas a advertir que muchas mujeres estamos en la opción de decir no, pero que no lo hacen porque a cambio han obtenido beneficios.

En ese momento, me sumé a las críticas que se le hicieron a la antropóloga y feminista, porque me parecía que las mujeres estábamos en desventajas sobre los hombres que acordaban favores sexuales a cambio de un beneficio en la vida profesional de alguna mujer. Martha Lamas explica que no hubo acoso, hubo acuerdos y una relación consensuada y que lo que estábamos haciendo muchas activistas era fomentar en muchas mujeres una percepción de victimización que no le era útil para decir NO cuando ella no quisiera, pero cuando había acuerdos, ¿por qué venía el arrepentimiento? ¿por qué años después lo perciben como un tema de acoso, cuando en su momento fue un pacto o un acuerdo?

Las opiniones de Lamas van en el sentido que las denuncias en redes sociales por acoso han sido una especie de mecanismo para canalizar el malestar y la indignación  de toda la indiferencia a las prácticas machistas discriminatorias.

Con el paso del tiempo le he dado la razón a Martha Lamas, las mujeres y los hombres debemos construir relaciones sanas, equitativas, que deben tener su inicio en los hogares, y es ahí precisamente en donde se concentran el mayor número de agresiones que señalan vivir las mujeres, es reprobable la sola idea de que algunas mujeres hayan querido sacar ventaja de la victimización, lo que esperaríamos es que sea de ayuda a otras mujeres que han sido víctimas de agresión sexual, que haya sido útil como un mecanismo de catarsis, pero no de publicidad para obtener ventajas.

Las relaciones sanas deben tener sustento en la comunicación, en saber  incluso distinguir entre el acoso, el maltrato, los actos de violencia, vamos buscando que las personas lleguemos a tener una mejor forma de interactuar, de poder llevar una relación sana a partir de la igualdad de condiciones en todos los terrenos. Las mujeres queremos ir a un futuro sano e igualitario entre todas las personas.


[1] Datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016

lunes, 14 de enero de 2019

A LAS MUJERES NOS PREOCUPA


LO QUE NOS PREOCUPA
Colaboración para Global Media
14 ENERO 2019.

¿La preocupación cómo podemos medirla? El concepto como tal designa a una emoción, es personal, es un estado de desasosiego, temor o inquietud ante una situación difícil o u problema. Por ejemplo la preocupación se trata sobre un hecho que aún no se presenta o que ya ocurrió y se está pendiente de su desenlace;  las personas en ocasiones nos sentirnos en ese estado ante algún escenario que pudiera tener o implicar un riesgo en el terreno físico o emocional; la preocupación se refleja en el rostro con emociones como el desconcierto, tristeza, temor; la incertidumbre sobre el desarrollo y desenlace es lo nos que instala en un plano de sentimientos encontrados.
Quizá pueda medir la preocupación en mucho, poco y muy poco. Si es algo que trae en jaque a una persona y sabe cómo resolver el problema seguramente la preocupación la transforme en ocupación para solucionar esa situación y va a depender de la capacidad de resiliencia para que pueda modificar su estado de ánimo.
Hasta aquí la preocupación la estoy observando como algo personal relacionado con la ausencia de respuestas para remediar una situación o un problema, pero cuando la preocupación la dice tener el Estado ante la dificultad de acabar con hechos que le corresponde dar solución, ¿cómo se traduce el tema?
¿El Gobierno de algún ayuntamiento o de una entidad se preocupa de los hechos que le ocurren a las personas que habitan una determinada comunidad? Quizá se “preocupe” quien detenta el Gobierno es decir la autoridad, la persona que es el servidor público, porque tal como se señala en la acepción del término, la preocupación atañe a la persona, es una percepción sobre un hecho incierto, el Estado deberá evitar decir que el “Gobierno está preocupado” por determinado problema social, porque al Estado le ocupa trabajar en diseñar acciones y políticas públicas que eviten el riesgo de la población frente a situaciones naturales, sociales o políticas.
Cuando los funcionarios dan declaraciones mediáticas en las que advierten de su preocupación por los problemas que la población vive queremos pensar que lo hacen genuinamente desde la óptica de ser humanos, de ser personas y que tienen un trabajo como servidores públicos que les obliga a generar el bienestar de todas las personas. La preocupación que como personas tienen de las omisiones que se generan en sus funciones deben trasladarla en diseñar acciones que resuelvan el problema.
En varios temas, pero particularmente en el relativo a la protección y garantía de los derechos humanos, el interés de los servidores públicos no ha sido suficiente como para consolidar acciones que signifiquen un avance, eso debe ser una preocupación toral que como personas deben trabajar para que las personas tengamos las mismas condiciones de acceso a nuestros derechos, entro ellos el acceso a la justicia, la no discriminación, una vida digna libre de violencia de todo tipo.
Empezamos este año con pocos avances reales para el tema de la violencia contra las mujeres, si bien es cierto que se han realizado acciones orientadas a cumplir con la Declaratoria de la Alerta de Violencia de Género, aún siguen siendo cumplimientos administrativos, es decir se han atorado muchas acciones por no contar con el interés genuino de los funcionarios que toman las decisiones para avanzar en planeación, en creación de políticas de públicas, en consolidar un presupuesto con perspectiva de género.
En San Luis Potosí, los hombres responsables en el seguimiento de la Alerta de Violencia de Género que se decretó el 21 de junio de 2017, manejan un doble discurso de estar a favor en los proyectos que pro igualdad entre hombres y mujeres, y por otro lado en sus acciones diarias no generan sinergias que lo apoyen. La preocupación como personas en temas de violencia contra las mujeres no alcanza a cristalizarse en actividades en las que se vislumbre un avanza. Para nosotros como población si es preocupante que tengamos este tipo de servidores públicos que no están comprometidos con los derechos humanos.
Las mujeres y los hombres en San Luis Potosí seguimos esperando que la preocupación que ha manifestado el funcionariado estatal a nombre del Estado se traduzca en acciones contundentes: Presupuesto más amplio para generar acciones locales a favor de la no violencia contra las mujeres, apoyar decididamente las modificaciones legales necesarias, dejar de construir espacios ineficaces que sólo son un desvío de recursos públicos de la federación, dejar de hacer alianzas con organismos de la sociedad civil que manejan intereses personales y que han incumplido en las acciones propuestas, alentar el cumplimiento de la ley de responsabilidades para servidores públicos para los que no cumplan.
Queremos un 2019 en paz y avanzando hacia la igualdad plena entre hombres y mujeres y la no violencia contra ellas.



lunes, 7 de enero de 2019

CAMBIOS REALES PARA 2019 EN POLITICAS PÚBLICAS PARA FRENAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES


ESPERAMOS CAMBIOS REALES A LA POLÍTICA DE NO VIOLENCIA VS LAS MUJERES
Colaboración para Global Media
07 ENERO 2019.

Este año que comienza son ya siete que escribo sobre derechos humanos y particularmente Derechos de las Mujeres, primero en Soy Radio[1], un proyecto por internet, luego desde 2014 en GlobalMedia[2], el objetivo es aportar a la visibilización de la violencia contra las mujeres desde una perspectiva de no discriminación y por tanto desde el enfoque de la teoría de Género y de los derechos humanos.

Esperamos para 2019 que los cambios que se han gestado en estos últimos años se concreten, porque es indispensable que tengamos una igualdad real que nos coloque en el centro a las personas en la toma de las decisiones de las actuaciones de gobierno. Las políticas públicas orientadas a la prevención y erradicación de la violencia se han trazado, ahora falta la puesta en marcha y que se dé sin conflictos. El proceso de reeducación de hombres y mujeres es lento y complejo. Alcanzar vernos iguales en derechos nos cuesta trabajo porque seguimos siendo una sociedad paternalista.

A veces parece que avanzamos dos pasos y luego se desatan eventos de violencia contra nosotras que nos retrocede esos intentos. Hemos explorado la posibilidad de que la sociedad se regenere mediante la educación y que las nuevas generaciones sean personas que se vean como pares. Es justamente en ese rubro que se hará interesante ver los cambios propuestos por el gobierno federal para dar marcha atrás a la reforma educativa; en materia de género y derechos humanos estamos apostando por transformaciones en la educación, y que al mismo tiempo se den acciones de los gobiernos municipal, estatal y federal en materia de atención, sanción y erradicación de las violencias contra las mujeres.

En San Luis Potosí nos hacen falta muchas actividades que nos lleven al camino de la erradicación de la violencia contra las mujeres, como sociedad es indispensable la reeducación de hombres y mujeres, apostar por incluir a los hombres en estos procesos, sobre todo a aquellos que han entendido muchos privilegios que no pidieron y con los que han vivido, nos hemos enfocado durante el último lustro a observar las inequidades, el trato desigual hacia las mujeres en las esferas pública y privada, era necesario para visibilizar la desigualdad de las mujeres como un asunto de discriminación y por ende de violaciones a los derechos humanos.

El crecimiento en igualdad tampoco ha sido parejo, y encontramos una sociedad masculina muy disímbola: Hay hombres con una nueva perspectiva de su rol de género que viven una experiencia de apoyo, solidaridad y reciprocidad con las mujeres,  hay otro grupo de hombres que continúan viviendo y ejerciendo su machismo y por ende violencia contra las mujeres en todos los ámbitos de su vida ya sea con su pareja, o con mujeres en sus trabajos, o con mujeres en la comunidad; y encontramos a otro grupo numeroso de hombres que viven un nuevo machismo que se justifican en una aparente “desigualdad” positiva de las mujeres.

Es preocupante que coexistan diferentes tipos de machismo porque eso impide que las estrategias emprendidas desde la sociedad civil y el gobierno puedan rendir los frutos en el menor tiempo. El nuevo machismo que se cobija en velar la sustancia de las medidas afirmativas para las mujeres, en distorsionar las estrategias que tanto han costado implementar y que sabemos que como acciones transitorias tendrán un fin una vez que se alcance la igualdad que promueva.

Los hombres y mujeres que se ubican en este tipo nuevo de machismo, pone en riesgo muchos de los avances alcanzados, porque la justificación es precisamente en los derechos humanos, en la igualdad, bajo un razonamiento de que si todos somos iguales por qué hay medidas especiales o temporales para las mujeres, por qué hay leyes que las defiendan, son personas que no se ubican en un grupo de edades específico, es decir en algunos casos son jóvenes que desconocen los movimientos de mujeres en las décadas pasadas y los avances alcanzados por los organismos internacionales de derechos humanos, pero por otro lado son personas que no han estado de acuerdo en que los hombres sentaron sus logros en una base de privilegios.

En diferentes espacios hemos escuchado que muchos hombres se perciben afectados por leyes que consideran privilegian a las mujeres y sienten que eso les pone en desventaja de sus derechos humanos. Esto es una falacia que proviene justamente de esa nueva oleada del machismo que está envolviendo a personas que carecen de la información completa y adecuada sobre las medidas afirmativas que fue necesario establecerlas para alcanzar la igualdad plena entre hombres y mujeres, y que gracias a ellas tenemos un marco normativo apegado a los acuerdos firmados y ratificados por México para la no discriminación de las mujeres y el respeto a sus Derechos Humanos.



[1] En marzo de 2012 me invitó Jesús Aguilar a Soy Radio para hablar de los problemas de violencia contra las mujeres.
[2] En abril de 2014 con la invitación de Héctor Trejó me uní al grupo de colaboradores de GlobalMedia y decidí continuar difundiendo derechos humanos y particularmente de las mujeres.