HACIA LA IGUALDAD…¿PLENA?
Colaboración
para Global Media: https://www.globalmedia.mx/articles/Hacia-la-igualdad-plena-
28 DE
JULIO 2019.
Hemos repensado mucho el concepto de igualdad, le
hemos matizado para poder distinguir la igualdad en términos jurídicos, igualdad
social, de oportunidades, de género, de política, cuando lo que buscamos es que
se cumpla que todas las personas a pesar de nuestras diferencias tengamos
acceso de manera igual a todo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Somos iguales ante la ley, eso nos queda claro, pero
para acceder a ella hemos tenido que hacerle clasificaciones a la igualdad: la de
hombres y mujeres la de género. Ante estos dos conceptos que de pronto nos pueden
parecer muy similares, que se podría trabajar por duplicado para cumplirlos, no
es así, tenemos que hacer algunas precisiones para entender que el proyecto que
está haciendo el gobierno federal con la gran consulta en todo el país que
llamó PROIGUALDAD es impostergable.
En días pasados se realizó en San Luis Potosí como se
hará en todos los estados del país, una consulta sobre que debe entender el
gobierno federal como igualdad y cuáles han sido las dificultades para
alcanzarla, en temas como comunidades y
paz, violencia en las familias, salud, con la intención de rescatar las ideas
que tenemos las personas sobre esos aspectos apara construir una agenda de
igualdad entre hombres y mujeres.
En ese punto es interesante que estemos avanzando en
materia de revisar las acciones afirmativas que se implementaron algunas hace
más de 20 años, éstas, las acciones afirmativas son medidas temporales que
deben llevarse a cabo para alcanzar la igualdad sustantiva.
Cuando hablamos de estos temas nos parecen todo tan
conceptual, que dejamos a un lado la práctica, y no debe ser de esta manera.
Debemos buscar ya como algo urgente los mecanismos adecuados para que podamos
vernos como iguales todos y todas, aceptando nuestras diferencias, biológicas,
físicas, sociales, económicas, culturales, etcétera.
Durante décadas han sido y son necesarias las voces
feministas que visibilizaron las graves desigualdades que nosotras las mujeres
hemos padecido, además que pusieran en todas las naciones la discusión de una
urgente estrategia global para erradicar las desigualdades y cuyo origen es la
violencia contra mujeres y niñas. Con esa iniciativa se consolidó todo un
cambio legislativo en muchos países del mundo, en México fue paulatino, de muy
poco en poco.
El trabajo de décadas fue visibilizar la violencia que
viven las mujeres a raíz de las desigualdades, los trabajos se orientaron a
sensibilizar a los hombres de sus privilegios; además reformas a las leyes en
las que se daban indicaciones para implementar medidas temporales que nos
pudiera equilibrar a las mujeres con respecto de los hombres; es momento de que
ya no sólo visibilicemos sino que sea tangible esa igualdad plena por la que
muchas mujeres hemos estado trabajando en todos los países.
El programa PROGUALDAD impulsado por el Instituto
Nacional de las Mujeres, debe atender
esas necesidades también desde las masculinidades para incluir una agenda que
contemple más allá de la reeducación de los hombres que han ejercido violencia
contra las mujeres, sino que incorpore una estrategia nacional para que se
vayan modificando los estereotipos que las masculinidades hegemónicas que nos
han dejado consecuencias graves para el
deterioro de las relaciones humanas.
La semana pasada en un ejercicio que procuró ser
horizontal, se recogieron las
necesidades y opiniones de las mujeres sobre cuales siguen siendo las
preocupaciones que se tienen con respecto de los derechos que tenemos todas las
personas para alcanzar la igualdad. Y la preocupación sigue siendo la misma:
los actos de violencia de los hombres que ejercen una masculinidad tóxica y que
están en todos los niveles de la vida pública.
Se habló de la enorme desigualdad que sigue habiendo
en los órganos de toma de decisiones que con todo y una política transversal de
paridad, aún no se alcanza. Estamos observando un fenómeno que se está anidando
en las esferas públicas sobre el ejercicio del poder político, que tiene que
ver en prácticas nocivas que inhiben, limitan y excluyen a las mujeres de los
puestos de toma de decisiones, sobre todo los gobiernos estatales y
municipales, con prevalencia de los roles de género estereotipados, las mujeres
no estamos en los cargos públicos que pueden ser claves para llegar a acuerdos
sobre cambios sustanciales, y que si están ahí algunas, es materialmente
imposible que no sean absorbidas por un visión de estado masculinizada .
Esperamos acciones que dejen de ser sólo una práctica
de lo políticamente correcto, urgen cambios en la Ley de Igualdad entre Hombre
y Mujeres que incluya como eje la realización de esas medidas temporales;
cambios en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que
requiere estrategias para llevar a cabo acciones que si conduzcan a una
reeducación real de los hombres que ejercen violencia contra mujeres.
Además de reformas a estas leyes, que los conceptos de
Igualdad entre Hombres y Mujeres, así como el de Igualdad de Género quede claro
en quienes toman las decisiones en las esferas públicas, para transitar sin
dificultad a la igualdad sustantiva.