lunes, 27 de agosto de 2018

ACOSO SEXUAL EN LAS ESCUELAS, por Gloria Serrato


ACOSO SEXUAL EN LAS ESCUELAS
Colaboración para Global Media
27 DE AGOSTO DEL 2018.

¡Empezó el ciclo escolar!  Hace dos semanas estudiantes de nivel medio superior y la semana pasada estudiantes de preescolar, primaria y secundaria comenzaron un nuevo año de estudios. Casi 800 mil estudiantes de todo el estado de San Luis Potosí se incorporaron a las aulas, de ellos la mitad son mujeres;  queremos que tengan una estancia sana dentro de los planteles educativos, libre de violencia, libre de agresiones, libre de acoso y de hostigamiento sexual.

Para las mujeres estudiar se convierte en una odisea cuando tienen que sobrellevar el estrés que implica padecer una situación de violencia dentro del plantel educativo. Tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia, tener espacios propicios para la armonía y que nos permita estudiar con tranquilidad.

En nivel de bachillerato y profesional suman más de 180 mil estudiantes en San Luis Potosí[1] poco más de la mitad son jovencitas que deben tener las condiciones adecuadas para su sano desarrollo, sin embargo los datos nos dan pauta a poner una alerta y emprender acciones orientadas a disminuir, prevenir, sancionar y erradicar la violencia que se ejerce en contra de ellas, que les coloca en condiciones de desventaja y en riesgo de que la violencia pueda ir en aumento. 

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las relaciones en el Hogar (ENDIREH, 2017), la violencia contra las mujeres en el ámbito escolar, se da mayoritariamente en los planteles educativos, y le sigue en el espacio comunitario en las inmediaciones de las escuelas. Quienes más las violentan son sus compañeros, en menor medida compañeras y personal docente. Se rescata de esta encuenta que los actos de violencia más frecuentes son las agresiones física y las agresiones sexuales. Del total de alumnas que han asistido a la escuela un 25 por ciento señaló que se han enfrentado a actos de violencia.

La violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres adultas jóvenes en el espacio escolar en lo relativo a agresiones sexuales son el hostigamiento y el acoso. El primero tiene que ver cuando una joven es asedia por un compañero, maestro o personal administrativo, que le soliciten favores sexuales, que la amenace, le condicione derechos o beneficio que tenga, puede darse entre iguales, o cuando hay un nivel jerárquico de la persona que hostiga. En tanto el acoso sexual es cuando hay un ejercicio de subordinación de la víctima, el agresor le demanda actos de orden sexual, debido a la situación de jerarquía que mantiene con la jovencita la deja en un estado de indefensión y de riesgo.

Ambos están clasificados como delitos y la pena es de uno a tres años de prisión.

Hay varios casos de acoso que se dieron a conocer en medios de comunicación en el que estuvieron vinculados profesores universitarios y de planteles de bachillerato; uno de esos se presentó en los espacios educativos universitarios, en donde las estudiantes han sido acosadas por profesores y que han vivido con la presión de que por denunciar esté en riesgo su permanencia en la carrera que cursa, como medida represalia por denunciar a su acosador. Ha habido situaciones que se da entre iguales, es decir hechos de hostigamiento en donde compañeros de las jóvenes utilizan imágenes sin su consentimiento para divulgarlas, chantajeando en evitar darlas a conocer a cambio de favores sexuales.

Otro caso fue el de un profesor en la huasteca que solicitaba a adolescentes de bachillerato favores sexuales y les tomaba fotografías.


Es indispensable que se cuente con Protocolos para prevenir la violencia sexual en contra de estudiantes de todos los niveles educativos, pero sobre todo de media superior y superior. Cabe destacar que la Universidad Autónoma de San Luis Potosí cuenta ya con un Protocolo para identificar qué se debe hacer para atender a las víctimas en casos de acoso y hostigamiento sexual. Con esta guía somos el estado número cinco que tiene un mecanismo para apoyar a la jovencitas que han sido agredidas.

Además del Protocolo, guía, o manuales sobre qué hacer en caso de Hostigamiento y acoso en necesario establecer redes de apoyo familiares, de amistades, de tal manera que se promueva al autocuidado entre las propias estudiantes, también es necesario promover los espacios seguros tal como lo viene haciendo ONU  MUJERES, en el que las calles, el transporte nos sea un riesgo para sufrir acoso y hostigamiento, pero también necesitamos espacios seguros en internet, que se puedo empezar no dando Me gusta ni reproduciendo imágenes que pongan en riesgo y vulneren a las jovencitas.




[1] Datos recabados de  Estadística del Sistema Educativo de San Luis Potosí, consultado en   http://www.snie.sep.gob.mx/descargas/estadistica_e_indicadores/estadistica_e_indicadores_educativos_24SLP.pdf

lunes, 20 de agosto de 2018

PARIDAD DE GÉNERO EN POLÍTICA, Por Gloria Serrato


PARIDAD DE GÉNERO EN POLÍTICA
Colaboración para Global Media
20 DE AGOSTO DEL 2018.

El proceso electoral que recién concluyó deja un saldo muy positivo para repensar y reflexionar sobre la igualdad de las mujeres en la política, tema en el que históricamente las mujeres hemos tenido una presencia limitada, hemos empujado la inclusión mediante diversos movimientos, primero educativos y luego sociales, para después incidir en cambios contundentes en las leyes.
Estamos en un momento histórico tramposo, porque parece que hemos alcanzado una igualdad sustantiva en muchos campos, en el laboral, en el educativo, en la ciencia, en el político, sin embargo no es así. Los cambios tienen que ver modificaciones a las leyes o bien la creación de políticas públicas que hagan pleno el disfrute de los derechos, y ahí la estafa, porque si ha habido avances muy significativos, pero no estructurales.
Hagamos un poco de remembranza, ¿Cómo y por qué las mujeres fuimos “incluidas” en las actividades políticas? Nuestro país es generoso en contar con mujeres que han participado y han abierto un camino negado a las mujeres, con un costo muy alto que incluso las primeras mujeres que ganaron una contienda electoral en Yucatán, entre ellas Elvia Carrillo Puerto tuvieron que renunciar ante las amenazas de muerte. Los movimientos sufragistas fueron un parteaguas para que iniciáramos un camino muy accidentado para alcanzar más espacios en la toma de decisiones.
Los movimientos de mujeres desde 1870 se centraron en la educación de las mujeres, por ejemplo La Siempreviva[1] revista fundada por Rita Cetina buscaba que las mujeres tuvieran una instrucción educativa distinta de la que se daba en aquellos años, como era bordar, cocinar y coser. La revista sólo era el mecanismo para analizar y publicar, porque había un proyecto educativo para niñas denominado La Siempreviva, además el comité de este movimiento participó con el gobierno de Yucatán para impulsar la Ley de Orgánica de Instrucción Pública y que se abriera el Instituto Literario para Niñas, esa entidad pionera en la educación para niñas y jovencitas marcó toda una generación de mujeres que empujaron con mucha fuerza los cambios para modificar las leyes y con ello la posibilidad de participar en las elecciones, no sólo votando, sino siendo candidatas, y en 1922 fue el primer estado que le otorga a las mujeres el derecho de votar y ser electas.
De esas fechas en adelante fue un tira y afloje, por ejemplo en San Luis Potosí, se aprueba el voto de las mujeres en 1923, pero fue derogado en 1926. Es hasta 1952 cuando se reformó la Constitución y logramos que las mujeres en todo el país tuviéramos el derecho al voto, sólo que pudieron votar hasta 1955. Nos saltamos en este texto muchos movimientos, que todos fueron importantes para llegar a una posición de reconocimiento de derechos, que la propia Carta de Derechos Humanos había reconocido en su Artículo 21, el 10 de diciembre de 1948.
Pero con todo y todo seguíamos siendo espectadoras de la participación en materia política, podíamos salir a las urnas pero acompañadas, podíamos ser candidatas pero no ganábamos. Por eso y atendiendo resoluciones y convenciones internacionales de derechos humanos en los que se señalaba a los países miembros de la ONU implementar las acciones y cambios necesarios para que se nos respetaran nuestros derechos civiles, políticos, culturales, económicos, sociales, el Estado Mexicano modificó leyes y creó otras que nos garantizarán que podíamos ser iguales frente a la ley es decir que tenemos las mismas oportunidades, ser reconocidas y tratadas como iguales.
En políticas nos tardamos porque nos han puestos trampas, a pesar de las reformas a la Constitución, la creación de varias leyes, entre ellas la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, a la aplicación de las Acciones Afirmativas, por ejemplo no teníamos las condiciones equitativas para que más mujeres participaran en cargos de elección popular y fue necesario hablar de representación sustantiva, para que fueran propuestas mujeres que nos representaran nuestros intereses, y llegamos a exigir cuotas de género como medida temporal hasta alcanzar la igualdad plena, pero hubo que hacer nuevas reformas a las leyes porque algunos hombres que se sintieron afectados en sus privilegios, sobre todo los grupos internos de cada partido político, al nombrar candidata a una mujer pusieron como suplente a un hombre, y se dio el caso de las llamadas “Juanitas”, que una vez en la curul renunciaban y dejaban el cargo a su suplente hombre.
Dar cabida a las acciones afirmativas o medidas temporales hasta llegar a la paridad,  es decir una representación de 50-50 en los congresos locales, en el federal y en el senado, es la tarea más embrollada que se ha realizado para garantizarnos nuestros derechos; aun así alcanzamos una elección histórica porque por fin se alcanzó el objetivo de que tuviéramos paridad en los puestos de elección popular.
Estamos hablando de 66 años de visibilizar la desigualdad real entre hombres y mujeres en el ámbito político, es decir en votar y ser electas, tener acceso a puestos públicos para la toma de decisiones y aún muchas personas no alcanzar a distinguir porque la pertinencia de las medidas temporales, como ejmplo la disputa interna que se generó en el Partido Acción Nacional, porque una candidata plurinominal se dio cuenta que no hubo paridad al momento de nombrar candidatos, y se aplicó el criterio de cuota de género que era de 70-30, es decir 70 por ciento para hombres y 30 por ciento para mujeres. Al observar y argumentar que no tuvo criterios de paridad se llevó su caso al Tribunal Electoral, que le favoreció en su resolución. El PAN en lugar de aceptar que no se cumplió con la disposición de la paridad, optó por continuar en tribunales a quién le dan esta posición en el Congreso del Estado de San Luis Potosí.
¿Qué ocurre con este hecho? Que no se trata sólo de que el PAN esté representado, porque la posición la tienen ya, sino que no se tenga perspectiva de género para aceptar la resolución, esta en su derecho legal de impugnar la parte afectada, sin duda, pero al tratarse de la aplicación de una acción afirmativa para beneficio de las mujeres podría haberse aceptado sin contratiempos. Este caso es paradigmático, porque sentará precedente para que los partidos se lo piensen dos veces al momento de hacer sus listados de candidaturas.




[1] Peniche Rivero, Piedad, Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas: una cuna del feminismo mexicano 1846-1908, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM)

lunes, 13 de agosto de 2018

MUJERES JUNTAS…, por Gloria Serrato


MUJERES JUNTAS…
Colaboración para Global Media
13 DE AGOSTO DEL 2018.

Las mujeres juntas…siempre en busca de hacer cambios! Hay muchas frases del dominio popular que refieren la desunión de las mujeres, y algunas llegan a reproducirlas, no sólo en el discurso sino en la práctica diaria con acciones que llegan a invisibilizar las acciones de otras. Esto tiene que ver con nuestro bagaje patriarcal, hemos sido educadas con estereotipos que están anegados en nuestro ideario colectivo.

¿Por qué a las mujeres nos han hecho creer que tenemos que competir con otras mujeres? ¿Por qué reproducimos generalizaciones que alientan las agresiones entre mujeres?¿Por qué persisten ideas en las colectividades de que las mujeres vemos los problemas y sus posibles soluciones desde una perspectiva hormonal? Hemos escuchado, leído opiniones ofensivas en contra de mujeres y dichas o escritas por otras mujeres.

Hacernos ver agresivas unas con otras tiene un origen biologicista y enmarcado en las teorías evolucionista de Charles Darwin, pero también otra parte esta cimentada en la psicología y en el psicoanálisis. Es como si desde la prehistoria las mujeres tuviéramos que “combatir” para quedarnos como las hembras que son más fértiles y que en el fondo eso siempre han buscado los hombres. Esta especie de argumento arraigado en muchos estudios psicológicos, parece tan contundente que muchas mujeres lo han aceptado, porque parece obvia y sutil la competencia femenina en la vida cotidiana.

Se habla pues de una competencia intrasexual cuyos estudios se habían centrado en cómo el hombre debía competir para ganar la atención de la mujer en busca de reproducirse. A partir de los años ochentas David Buss investigador y psicólogo norteamericano hace un abordaje del tema desde la perspectiva de la competencia entre mujeres por un hombre adecuado, en la que aparentemente las mujeres promueven su juventud y su atractivo físico, y para atacar a sus oponentes les critican su edad, la apariencia y el carácter. Este enfoque de la competencia y rivalidad entre mujeres avanzó con rapidez desarrollándose investigaciones principalmente en Estados Unidos y Canadá, destacan que los actos de “competencia” entre mujeres tienen que ver con desacreditar la apariencia.

La sexóloga Zhana Vrangalova en la Universidad de Cornell, en Nueva York, realizó una encuesta con estudiantes sobre comportamientos y actitudes sexuales, entre algunos de los datos están que las mujeres exigen a otras mujeres normas estrictas de comportamiento y apariencia sexual.

Repensemos el tema desde otro enfoque, desde una perspectiva de género, y veamos porqué se busca la justificación de la “competencia femenina” en estudios o investigaciones científicas.

Una de las razones es la que hemos enfrentado las mujeres al tratar de alcanzar la igualdad de derechos y por ende hemos exigido la no discriminación por nuestra condición de ser mujeres y que nos ha dejado como saldo histórico una brecha muy amplia de desigualdades que nos niegan la oportunidad de incursionar con las mismas garantías en los diferentes campos del desarrollo humano.

Partimos de las diferencias fisiológicas que existen entre hombres y mujeres, y que no deben ser una justificación para continuar promoviendo las diferencias en el acceso a la igualdad de oportunidades para desarrollarnos. Es importante reflexionar sobre los argumentos que desde un enfoque científico de investigaciones alientan las distinciones y que desde hace varias décadas nos hacen creer que si no logramos mayores avances en nuestra participación, es precisamente porque nosotras nos violentamos y somos nuestras peores enemigas.

El eje central de las supuestas disputas entre mujeres no es de ninguna manera biológico sino social y cultural, una sociedad cada vez más centrada en las apariencias nos está orillando a las mujeres a tratar de cuidar más el aspecto físico.

La feminista y psicoanalista inglesa Juliet Mitchell ha expuesto que la visión que se tiene de nosotras es de objeto, y es precisamente por eso que se amplía la diferencia con respecto de los hombres, nosotras tenemos que trabajar más, cumplir con las tareas eficientemente, estudiar más, justamente para hacerles ver a las personas misóginas que no somos objetos, y en ese contexto social es que nos han hecho creer que estamos en competencia.

Por ejemplo en esta época en la que hemos disfrutado de acciones afirmativas (medidas temporales  en beneficio de las mujeres) que nos dan la sensación de estar en igualdad con respecto de los hombres, observamos como muchas mujeres pretenden regresar a la idealización del hogar, como en los años cincuentas, y procuran cumplir no sólo con su jornada laboral remunerada sino además el trabajo en el hogar, cuidar de los hijos e hijas como madres ejemplares; porque nos han hecho sentir culpables de que la sociedad se ha vuelto más violenta porque nosotras al buscar el empoderamiento “dejamos” abandonada nuestra responsabilidad como madres y educadoras de los hijos e hijas.

Debemos tener cuidado cada que nos expresemos de una mujer para no caer en las trampas patriarcales, cuidado también de las engaños que el mismo estado pone, por ejemplo la promoción exagerada de la lactancia materna; y de las trampas que la sociedad nos tiende, como por ejemplo cumplir con los patrones de belleza estandarizados y la abnegación profunda por la familia.


lunes, 6 de agosto de 2018

SER PERIODISTA EN UN CONTEXTO VIOLENTO


SER PERIODISTA EN UN CONTEXTO VIOLENTO
Colaboración para Global Media
06 DE AGOSTO DEL 2018.

El trabajo periodístico en un contexto violento como el que estamos viviendo en México lo hace complejo, con un día a día de intimidaciones y hostigamiento por parte de autoridades. En San Luis Potosí los hechos son similares a otras regiones, en la que los medios digitales son los más afectados, y sobre todo las reporteras.
Ser mujer en un mundo como el periodismo es complejo. Hace un par de meses el tema lo comentamos con reporteras que habían ganado el premio estatal de periodismo y señalaron no sentirse víctimas de ningún tipo de discriminación o violencia por su condición de ser mujeres y señalaron como ejemplo que incluso cubrían noticias relacionadas al periodismo policiaco.
La cobertura de diferentes hechos noticiosos es un indicador para saber qué tareas son asignadas a las mujeres en los medios, saber qué fuentes informativas son las que generalmente cubren, qué salarios perciben, qué estatus laboral tienen dentro de la empresa de medios, pero también es un indicador la ausencia de perspectiva de género, tanto para reportear como para escribir un texto periodístico, lo que nos debe poner en alerta para evitar posibles violaciones a los derechos humanos de periodistas en general, pero de mujeres periodistas en particular.
De acuerdo con el Informe Anual de 2017 “Democracia Simulada, Nada que Aplaudir” de ARTICLE 19[1] , advierte que México sigue siendo el país más peligroso para ejercer el periodismo de América Latina, menciona que  en 2017 documentaron 507 agresiones contra periodistas y 12 asesinatos. Asimismo cita que mientras algunas personas “(…) seguimos luchando por buscar y encontrar información, otros mueren por difundirla y, otros más el problema no es hacerse de información, sino saber si pueden creer en ella”. Resalta que a la par de la evolución del mundo digital también está una violencia más compleja que  intimida y lacera la tranquilidad de muchas personas que ejercen el periodismo.
En uno de los apartados del informe “Derechos digitales: bajo acecho”, deja ver como se han ido modificando  las intimidaciones a periodistas y han llegado a utilizar en internet para que a través de las redes sociales se critique, amenace y criminalice a periodistas y particularmente a mujeres, por ejemplo a las mujeres periodistas y a mujeres que reproducen y comparten noticias sobre feminicidios y violencia contra las mujeres, son amenazadas de violencia sexual en las mismas redes sociales.
Los medios digitales tuvieron en estos últimos dos años un alcance insospechado y se aprecia en la reproducción de noticias, imágenes y vídeos de los hechos, debido a que las personas usuarias buscan mecanismos de dar sus opiniones y manifestar su descontento frente a diversos temas, toda vez que se sienten inseguros de hacerlo en la vía pública, eso también ha provocado la molestia de muchos servidores públicos que responsabilizan a los y las periodistas del impacto que generan sus declaraciones.
En días pasados circuló en la red social Faceebook un vídeo con las amenazas que le profirió a una periodista del medio digital ONE CLICK el diputado local Sergio Desfassiux, que visiblemente molesto, sonriendo con ironía camina por el pasillo del Pleno del Congreso del Estado de San Luis Potosí, y se dirige directamente a la reportera diciendo “¿Quién fue? Primero contigo!,” los periodistas que se encuentran rodeándola hacen cacofonías de “ándele” , le quieren preguntar, pero el interrumpe y le pregunta “¿Quién es tu jefe directo”, ella le contesta que si le pasa los teléfonos, “¿Quién es?¿Cómo se llama?
El legislador sacó a colación la derrota de su compañero de partido y ex candidato a alcalde por el PRD en San Luis Potosí “¿Saben por qué perdió Ricardo Gallardo? Porque tiene una bola de cabrones que solamente le están diciendo que es bien chingón, tiene a su cargo una bola de pendejos, que todo el tiempo le estuvieron diciendo: Ricardo, Ricardo, eres el rey, eres el mejor, eres el más bonito, y entre ellos, tu jefe. Por eso perdió”.
Todo el tiempo el tono de voz del legislador fue de encono y amenazante les dirigía los insultos y agresiones verbales a los periodistas pero principalmente a la reportera. En tono de queja pero sin ceder el tono agresivo de su discurso. “tantas mentadas que me dieron en redes sociales por el famoso vídeo de El Cacerolazo” El vídeo que hizo referencia es una sección del medio digital en que satirizan las declaraciones de funcionarios públicos que hacen declaraciones inadecuadas o chuscas.  El diputado siguiendo en el contexto de las agresiones a la periodista de One Click  lo expuso en la tribuna legislativa y refirió que los medios de comunicación “son un asco y son unos puercos”.
La agresión de violencia verbal propinada a los reporteros que cubren la fuente legislativa, pero particularmente la intimidación a la reportera del medio digital que publicó el vídeo con las propias declaraciones del legislador y que no le gustaron, no debe quedarse en el terreno de los disparates que desde hace tres años ha dicho este diputado, sino que debe investigarse por parte del Comité de Protección  al Periodismo, que tiene entre otras funciones [2] elaborar diagnósticos de situaciones de riesgo, estadísticas de violaciones a la libertad de expresión, documentar los casos de agresiones a periodistas.
Es importante que las personas que ejercen la profesión periodistas estén organizados de tal modo que puedan apoyar a quienes son víctimas y tengan el acompañamiento necesario para denunciar en las instancias adecuadas las agresiones. Además de incluir la perspectiva de género pues las mujeres reporteras se encuentran más vulnerables por su condición de ser mujeres.


[1] https://articulo19.org/nadaqueaplaudir/
[2] http://congresosanluis.gob.mx/sites/default/files/unpload/legislacion/leyes/2017/07/Ley_de_Proteccion_al_Ejercicio_del_Periodismo_del_Estado_25_Octubre_2016.pdf