¿QUÉ VAMOS A HACER?
Colaboración para Global Media:
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16 MARZO DE 2020
LAS SECUELAS
Los tendederos de la verdad comenzaron a colocarse en San Luis Potosí a partir de la iniciativa del colectivo denominado Frente Estudiantil de Mujeres Universitarias en noviembre de 2018, que colocaron un pizarrón en la Facultad de Derecho que se tituló “Denuncia tu Acosador”, donde se escribieron los nombres de profesores y alumnos.
En ese primer momento alumnas de la facultad de Derecho dieron un paso a
visibilizar el grave problema del acoso sexual a estudiantes universitarias. Ya
años antes se había hecho público el acoso en la entonces escuela de Ciencia de
la Comunicación, Facultad de Enfermería y en la Facultad de Ciencias Sociales y
humanidades. Las salidas para estos hechos se quedaban en las direcciones de
las facultades.
Poco después de los primeros señalamientos en agosto de 2017 se aprobó
por el Consejo Directivo Universitario el Protocolo de Entrada
para Prevenir, atender, intervenir, sancionar y erradicar el acoso y el
hostigamiento sexual, documento que apenas si conocen
las y los estudiantes. Se logró que profesoras fungieran como enlaces con la
Defensoría de los Derechos Universitarios, para que a través de ellas se
llevaran los asuntos de cada escuela, facultad o campus se revisaran los hechos
que denunciaban.
Todo dentro
del espacio universitario.
El protocolo
recién se acaba de reformar el año pasado, sin tampoco grandes ventajas para
las víctimas.
Las mujeres
universitarias, estudiantes, profesoras, administrativas, no han tenido la
respuesta que esperaban frente a los hechos de acoso y de hostigamiento sexual,
los “tendedederos” que se colocaron el 8M, así como los que se colocaron la
semana del 10 al 13 de marzo son parte de esa urgente necesidad de las mujeres
en el ámbito académico de hacer visible un problema que no se ha resuelto con
los mecanismos que implementaron.
Este hecho no
es aislado y exclusivo de la Universidad Autónoma, es un hecho que está
ocurriendo en todos los espacios educativos de educación media superior y
superior de nuestro país.
Días antes al 8M las estudiantes del Colegio de Bahilleres Plantel 26
colocaron cartulinas sobre el acoso sexual que han vivido sin que se haya hecho
algo al respecto, la actuación afortunada de la directora general para prestar
apoyo a las jóvenes que hicieron público el acoso, fue el punto de diferencia
que ha marcado el tratamiento de estos casos entre diferentes espacios
educativos.
Es importante que distingamos entre el hostigamiento y el acoso sexual, ambos
tienen que ver con hechos en los que se le solicitan favores de naturaleza
sexual a una persona de cualquier sexo, en el hostigamiento hay una amenaza de
causar un perjuicio y hay una relación de subordinación; en tanto que el acoso
pone en una situación de indefensión y riesgo a la víctima. Las penas para
estos delitos van de uno a tres años de privación de la libertad, cuando se
trata de un servidor público quien los comete aumenta el castigo hasta 7 años,
y si se cometen en contra de menores de edad, debe perseguirse de oficio.[1]
¿Qué vamos a hacer?
Educarnos en género hombre
y mujeres
Cuando se han
identificado a los agresores es importante que se lleven a cabo las acciones
legales que procedan, una es de manera penal y la otra cuando los agresores son
servidores públicos (profesores por ejemplo) se les debe separar del cargo en cuanto
se tengan conocimiento de los hechos, y seguirse un procedimiento
administrativo.
Identificar acciones
mediante la construcción de una ruta de atención específicamente para este tipo
de hecho, en las que figuren una guía para denunciar penalmente los hechos y la
otra los procesos a seguir en el orden administrativo, y advertir qué debe
hacer la víctima para recibir la atención médica y psicológica necesaria.
Dentro de esa ruta de
atención señalar las acciones concretas para la atención a la comunidad
estudiantil, mediante acciones de sensibilización para la población que se ha
mostrado alejada de los hechos.
Organizar grupos de
reflexión tanto profesores como para los estudiantes varones sobre el ejercicio
de una nueva forma de masculinidad y su relación no tóxica ni hegemónica con
alumnas o maestras.
Es urgente fomentar
desde el espacio público estrategias para una sana convivencia y además una
conciencia en la nos e estigmatice a las víctimas
[1] CPPSLP, Periódico
Oficial del Estado: Si el acosador es servidor público y se vale de medios o circunstancias
que el cargo le proporciona, además de la pena prevista en los párrafos
anteriores, se le destituirá del cargo.
Este delito se perseguirá a petición de parte, salvo que la víctima sea
menor de dieciocho años, en cuyo caso se perseguirá de oficio.
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