lunes, 30 de enero de 2017

SALUD MENTAL EN VÍCTIMAS

SALUD MENTAL EN VÍCTIMAS
Colaboración para el programa A Detalle en Global Media
30 DE ENERO DEL 2017

Cuando una persona ha sido víctima de un delito,  su vida da un giro por completo, no todas tienen la misma capacidad de resiliencia, es decir que cada tiene sus propios procesos para superar o no las circunstancias traumática, no todas las personas tienen la misma capacidad para superar las adversidades, para adaptarse a las nuevas circunstancias de vida y superar los hechos que le lastimaron.

Las personas en situación de víctima tienen formas diferentes de enfrentar el hecho victimizante, tienen sus propios procesos y tiempos, y muchas de las veces hay secuelas que se traducen en enfermedades mentales que para algunas la pueden tratar y regresar a su situación de vida de antes que pasara el delito que le ocasionó el trastorno, pero hay otras, que la forma de regresar a su vida no será posible.

Las enfermedades mentales han sido consideradas como un serio problema de salud pública que está vinculado al entorno social, económico del país. En una parte son relacionadas a la afectación que tienen las personas porque fueron víctimas de algún delito. De acuerdo con el Informe sobre Sistema de Salud Mental en México elaborado por la Organización Panamericana de la Salud,  la Organización Mundial de la Salud y la Secretaría de Salud de México, este padecimiento afecta hasta un 28 por ciento de años vividos con discapacidad y es una de las tres principales causas de mortalidad entre las personas de 15 a 35 años, por el suicidio.

Siempre hay un hecho que detone la enfermedad de un paciente, de igual manera se da en el tema de la salud mental, en el caso que hoy nos ocupa es tratar de revisar qué ocurre con las personas que han vivido un delito y que requieren de apoyo que les permita superar de la mejor manera un hecho que ha lastimado y erosionado su vida.

¿Qué provoca un trastorno emocional? Es multifactorial, [1] desde carencias afectivas, estilos de vida negativos, entornos no saludables, fracturas familiares, que se le suman a aspectos del entorno como la pobreza, la exclusión, la falta de oportunidades, el acceso a las drogas y la violencia, y además la falta de un tratamiento adecuado que le lleve a un paciente a su recuperación.

El Modelo de Atención en Salud ha apostado desde 2011 por una atención primaria en salud, que desde el centro de salud comunitario se pueda detectar que una persona tenga algún tipo de trastorno para que se le dé el tratamiento adecuado. El reto del personal de salud sigue vigente, no se logra dar la atención con calidad que se requiere por las carencias de espacios adecuados, por la falta de sensibilidad para atender y darle seguimiento a un paciente.

La Secretaria de Salud siguió un plan de trabajo en el que el objetivo principal era disminuir las brechas de atención, combatir el estigma en contra de las personas con algún trastorno emocional así como evitar la discriminación, con el Modelo Hidalgo, con tres líneas claves, crear servicios de salud mental en general, actualizar la legislación para que se incluya el tema, y la protección de los derechos humanos de los pacientes. Sólo existen en el país 46 hospitales psiquiátricos, y 13 unidades de internamiento en hospitales generales y 8 unidades de residencia [2] 

La salud Mental se ha convertido en una prioridad para la organización mundial de la salud, en 2012 la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la resolución  “WHA65.4 sobre la carga mundial de trastornos mentales y la necesidad de una respuesta integral y coordinada” [3], de acuerdo con el documento Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020.


Es indispensable repensar el tema de la salud emocional de las personas y más aún de las personas más vulnerables y las que han sido víctimas de algún delito o de violación de derechos humanos.

Entre estos grupos vulnerables se encuentran (aunque no siempre) miembros de las familias que viven en la pobreza, las personas con problemas de salud crónicos, los niños expuestos al maltrato o al abandono, los adolescentes expuestos por vez primera al abuso de sustancias, los grupos minoritarios, las poblaciones indígenas, las personas de edad, las personas sometidas a discriminaciones y violaciones de los derechos humanos, los homosexuales, bisexuales y transexuales, los prisioneros o las personas expuestas a conflictos, desastres naturales u otras emergencias humanitarias.

La actual crisis financiera mundial es un excelente ejemplo de factor macroeconómico que genera recortes en el financiamiento de parte del estado hacía la población, a pesar de la necesidad simultánea de más servicios sociales y de salud mental debido al aumento de las tasas de trastornos mentales y suicidio, así como a la aparición de nuevos grupos vulnerables, como los jóvenes desempleados. En muchas sociedades los trastornos mentales relacionados con la marginación y el empobrecimiento, la violencia y el maltrato doméstico, el exceso de trabajo y el estrés suscitan una creciente preocupación, especialmente para la salud de la mujer.



[1] Informe sobre Sistema de Salud Mental en México http://www.who.int/mental_health/who_aims_country_reports/who_aims_report_mexico_es.pdf
[2] Sólo existen en el país 46 hospitales psiquiátricos, y 13 unidades de internamiento en hospitales generales y 8 unidades de residencia, Ibid. P.6
[3] Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020 http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/97488/1/9789243506029_spa.pdf?ua=1

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