¿QUÉ NOS ESPERA EN 2017?
Colaboración
para el programa A Detalle en Global Media
02 DE ENERO
DEL 2017
Las personas que sufrimos algún tipo de delito nos enfrentamos a un
viraje en nuestra vida porque nos sentimos inseguras en el espacio, en el
entorno, temerosas de otras personas que nos rodean y sobre todo sentimos incertidumbre
para nuestra familia. Los delitos impactan en el desarrollo integral de las
personas y modifican el proyecto que se tiene para el futuro y nos lesionan
como seres humanos, entre otros delitos están homicidio, secuestro, extorsión,
robo a vehículo, el robo a casa habitación, robo a negocio, amenazas verbales, delitos
sexuales, entre otros.
De acuerdo con el documento Encuesta Nacional de Victimización y Percepción
sobre seguridad pública 2016 (ENVIPE) [1],
estima que sólo en 2015 hubo poco más de 23 millones de víctimas de delitos,
siendo el robo o asalto el de mayor prevalencia, seguido de la extorsión que
significó el 24 por ciento de las denuncias que se presentaron.
Estos dos delitos trajeron como consecuencia que las personas
invirtieran en medidas para protegerse de la delincuencia, tales como
adquisición de cerraduras, candado, cambio de puertas, colocación de rejas y de
puertas. Este dato nos muestra que las personas no se sienten seguras, ni
protegidas por los cuerpos policiacos, por lo que han tenido que incrementar
algunas medidas de autoprotección, e invirtiendo además en empresas privadas de
seguridad.
La tasa de la incidencia delictiva es grande, de cada 100 mil habitantes
a 35 mil les fue robada su tranquilidad por la comisión de un delito, de cada
10 personas 3 fueron asaltadas, robadas, extorsionadas, etc.
En semanas anteriores en la ciudad de San Luis Potosí, el presidente de
un organismo empresarial señalaba que las empresas han tenido que aumentar sus
gastos en contratación de seguros, de
personal de empresas de seguridad, para hacer frente a los eventos delictivos
que se han registrado a trabajadores de las distintas zonas industriales de la
entidad.
Esto a nivel nacional se ha traducido en que el costo nacional estimado
a consecuencia de la inseguridad y el delito es de 236.8 millones de pesos, siendo alrededor del
1.2 del Producto Interno Bruto.
La percepción de las personas es de inseguridad, siguen pensando que si
son víctimas de un delito es mejor no poner la denuncia porque es una pérdida
de tiempo, y la autoridad no hará nada o está rebasada para capturar a
delincuentes. Esto sin duda, incrementa lo que se ha denominado cifra negra en
delitos, en la que se estima que para 2015 hubo un 93.7 por ciento de hechos
delictivos que no fueron denunciados ni derivaron en una carpeta de
investigación. Esta percepción de inseguridad se incrementa en el espacio que
le es más próximo, como de su municipio o de su localidad, por ejemplo el nivel
de confianza en los elementos de la policía municipal es de 46.6 porciento.
El grupo más afectado siguen siendo las mujeres, son quienes más
proclives a ser víctimas de delitos, lo que nos hace presuponer que el propio
contexto de violencia en el que estamos inmersos se sigue dando un patrón de
conducta machista y atacan principalmente a mujeres, dato en el que la tasa de
incidencia es de 1435 delitos por cada 100 mil mujeres.
En esta ocasión la encuesta determinó el total de hogares en el país que
se han visto afectados por los delitos y son un total de 11.4 millones
En San Luis Potosí el número de víctimas disminuyó en un 17.7 por ciento
en 2015, según esta encuesta por cada cien mil habitantes hubo 21 mil víctimas,
en condiciones muy similares a estados como Sinaloa, Yucatán, Zacatecas, Nayarit,
Coahuila. Además por cada 100 mil habitantes se cometieron 25 mil delitos, es
decir que cada víctima tuvo un impacto de 1.3 delitos, siendo más frecuentes la
extorsión, fraude y robo de vehículo.
Los datos de esta encuesta muestran que el temor de caminar como antes
en la calle esta presente en casi todo el país, lo que generó que se tienen
muchas más cuidados tanto con los miembros de la familia como con el patrimonio
que cuentan.
Nos enfrentamos a un panorama de victimización que debe ponernos muy
alertas a las instituciones y entidades de la administración pública que son
quienes deben velar por el sano desarrollo y crecimiento de las personas,
y no sólo buscar el cambio en la
percepción sino en los hechos tangibles como son que al momento de que pone una
denuncia sea atendida con la debida diligencia.
Cada que se comete un delito contra una persona se recrudece su
situación de vulnerabilidad, recuperarse de un robo , de un asalto , de una
extorsión, le deja no solamente con daño emocional, sino con un daño físico y
patrimonial. Para recuperarse deberá pedir prestado, buscar como solventar sus
gastos previstos, además con el temor de que vuelva a presentarse un suceso que
lesione a su familia.
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