¿AL AMOR SE LE ASIGNA GÉNERO?
Colaboración para
Global Media:
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11 FEBRERO DE 2020
¿El amor tiene género?
Los sentimientos y acciones relacionados al amor cómo son el cariño, el
apoyo; la ayuda, el soporte, la tolerancia, definitivamente tiene un sesgo de
género. Los hombres en diferentes culturas han sido los que conquistan, y las
mujeres hemos sido las conquistadas, las cautivas, las que caen de amor por
ellos.
Por ejemplo en la literatura se ha dado cuenta de que las mujeres hemos
estado pasivas frente al amor, somos las que debemos esperar para que nos
“llegue”, no para buscar; y esa visión se trata justamente de los ideales sobre
el amor. Por tanto saltar esa “barrera” es complejo porque va inmersa la
sexualidad vinculada al aspecto procreador. De ahí que siempre el ideal de lo
femenino es ese vínculo simbólico de un amor sublime asexuado, que encaja a la
perfección en el rol de ser las cuidadoras de la sociedad.
Dejamos en el concepto del amor recaer una perspectiva en la que sólo
está orientada hacia las mujeres, como dice Marcela Lagarde[1],
fuimos construidas como seres de amor, como personas para dar amor pero no para
recibirlo. Así que amar para nosotras siempre implica un sacrificio, es ayudar,
es dar, y cuando hay rupturas viene el fantasma de la culpa, porque algo
hicimos mal que ayuntamos al hombre que nos había elegido.
Esta construcción del amor en relación con las mujeres nos ha permeado
con una figura que llamamos amor romántico. Las mujeres somos capaces de
dejarlo todo por amor. Esa palabra que encierra muchas acciones que no nos
piden pero que nosotras llevamos a cabo, con tal de tener contentas a las
personas que amamos.
El amor romántico está muy arraigado entre las mujeres de casi todas las
culturas, en somos educadas como seres de amor, dejamos todo y a veces a todos
para ir al encuentro del verdadero amor, entonces detrás de esa palabra hay una
implícita relación de poder, que encierra desigualdad, porque quien se siente
querido pone los límites de la relación y de sus propios deseos, mientras que
la que recibe el amor está sólo a expensas, hay desigualdad, hay jerarquías.
Nos ha afectado mucho esa manera de mirar el amor.
El amor es una concepción cultural de cómo basamos las relaciones entre
las personas, la mayoría de las veces son relaciones de desigualdad, entre una
persona educada para desprenderse de su esencia con tal de agradar a su pareja
y la otra que fue enseñada para que recibir. Ambos, hombres y mujeres crecimos
con una idea del amor, diferenciado.
Nos enseñan en la familia y en nuestros contextos a qué las mujeres debemos
aprender del sacrificio como la clave para hallar el amor.
¿Qué pasa con esa visión cada día? Que nos Estamos encontrando a chicas
que siendo aún niñas sostienen ya relaciones amorosas con hombres generalmente
mayores, en la búsqueda de personas que las puedan apoyar económicamente, y
también estamos viendo a mujeres maduras que están rehaciendo su proyecto de
vida con otra pareja generalmente más jóvenes que ellas, y que están viviendo
violencia de manera más dura y más cruel.
El amor no mata, no debería ser una justificación para lastimar a niñas,
adolescentes, mujeres jóvenes y mujeres mayores, esas frases tan acuñadas por
todas partes, literatura, slogans publicitarios, comentarios en redes sociales
por internet, que siguen filtrándose en nuestra vida diaria, como “Amar te
duele”, “Del odio al amor sólo hay un paso”, son una muestra de que tan
arraigada está la idealización del amor, la confirmación de que en las
relaciones amorosas persiste la desigualdad, la inequidad, las desventajas.
Por amor, o por la ausencia de él, que no es lo mismo que los celos,
cada día en esta entidad 24 mujeres acuden ante las autoridades a denunciar a
sus parejas o ex parejas. La justificación del amor o el desamor para lastimar
e incluso para matar no puede verse de la misma manera para quien aplica la
justicia.
[1]
LAGARDE, Marcela, 2015, El Feminismo en mi vida, Cap.
2 “ Amor y Sexualidad, una mirada feminista”, pág.55, Edita INMUJERES, Primera
Reimpresión, México.
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