ACOSO COMO VIOLENCIA
Colaboración
para el programa A Detalle en Global Media
18 DE ABRIL
DEL 2016
El acoso es una práctica que algunas
personas utilizan para someter a otra a una presión psicológica en el que se le
da un trato vejatorio y se le descalifica de las opiniones que tiene o de su
aspecto físico, etc., hasta provocar que se aisle y su autoestima se deteriore.
También podemos señalar al hostigamiento
que tiene que ver con burlarse de una persona, molestarle e instarle o incitarle
a que haga algo.
Podemos entonces distinguir dos maneras
de ejercer violencia contra las personas mediante el hostigamiento y el acoso.
Estas conductas se manifiestan casi
siempre en ámbitos donde se dan relaciones jerárquicas o de poder abusivas o
discriminatorias, se da con mayor preponderancia en el ámbito escolar y laboral.
Quienes padecen más somos las mujeres, las niñas, los niños, las personas vulnerables. En el caso de las
mujeres la propia cultura y el contexto en el que nos desarrollamos genera una
normalización de las practicas abusivas de poder de los hombres sobre nosotras,
que se basa en la discriminación, desafortunadamente encuentra eco en los
estereotipos y en los roles de género.
Estas formas de violencia el acoso y el
hostigamiento se han normalizado y parece una práctica natural entre las personas,
como parte de las vivencias que tienen que tener las personas para su
crecimiento, esto de ninguna manera es válido porque sólo aumenta las brechas
de desigualdad entre las personas.
A ello las mujeres le tenemos que
agregar el hostigamiento y acoso sexual que se manifiesta en la calle, en los
centros educativos, en la propia casa, en la comunidad.
Nos corresponde denunciar estas
prácticas y dejar de verlas como algo normal
En la Ley General de Acceso de las mujeres
a una vida libre de violencia se señala que el hostigamiento sexual [1]
es “ el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la
víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en
conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de
connotación lasciva”
En tanto el “acoso sexual es una forma
de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio
abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la
víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos”.
La situación de vulnerabilidad de las
mujeres, de las niñas nos hace más susceptibles de vivir situaciones de acoso y
hostigamiento, también a las personas de la comunidad LGBTTTI (Lésbico, Gay,
Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual).
En ambos casos siempre hay una relación
de poder y está normalizado por la comunidad lo que hace que sea muy delgada la
línea entre una relación de comunicación y otra de abuso.
Las instituciones han trabajado para
tratar de erradicar estos tipos de violencia sobre todo porque se gesta en
espacios públicos, como con los lugares de trabajo y los centros educativos. Se
diseñaron a nivel federal oficinas de Cultura Institucional para que a partir
de ahí se dé forma a las políticas públicas de equidad e igualdad. En el ámbito
local, el Instituto Estatal de la Mujer ha solicitado a las dependencias del
gobierno para que den seguimiento a las acciones de no discriminación en los
espacios laborales a partir de los Comités de Cultura Institucional.
En el espacio educativo es en el que se
deben redoblar esfuerzos para evitar que se pueda dar el acoso entre
estudiantes, y el hostigamiento por parte del personal docente hacia
estudiantes. La Secretaría del Gobierno del Estado diseñó un proyecto de
formalizar los comités de prevención de las violencias a fin de identificar la
problemática a la que se enfrentan niños y niñas, y también establecer rutas
criticas de acción para identificar lo que debe llevarse a cabo para las
situaciones que se presenten.
[1]Artículo 13 de la Ley General de Acceso de las
mujeres a una vida libre de violencia http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGAMVLV_171215.pdf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario