viernes, 24 de mayo de 2019

NO DISCRIMINACIÓN POR IDENTIDAD DE GÉNERO


NO DISCRIMINACION POR IDENTIDAD DE GÉNERO
Colaboración para Global Media
24 MAYO 2019.

La sociedad actual en la que vivimos pretende identificarse por ser promotora de los derechos humanos, defensora de las causas a favor de la biodiversidad, de los derechos de los animales, sin embargo cuando hablamos de la igualdad tenemos que hacer referencia a distintas formas de ella, igualdad real, igualdad sustantiva, igualdad natural, igualdad social. Parece tan complejo que todas las personas gocemos de una igualdad que nos permita tener acceso a todos los derechos sin tener que ganarlos con un amparo.

De acuerdo con datos sobre discriminación que nos ofrece el INEGI en la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, el 20.2 por ciento de la población de 18 años y más declaró haber sido discriminada en el último año, las razones que mencionaron fueron por el tono de piel, manera de hablar, peso, estatura, forma de vestir, arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad, orientación sexual.

Muchas personas viven la discriminación diariamente, y quienes se advierten más discriminadas son las mujeres, el estado de la República Mexicana que registra mayor prevalencia de discriminación es Guerrero, y que cuenta con más de 530 mil personas con autoadscripción indígena, y que se les discrimina por su condición de personas indígenas; señalan que los lugares son en clínicas, hospitales, en la calle, en el transporte público, y en la propia familia.

La discriminación se coloca como un tema normalizado, en el que en la vida diaria mediante chistes, videos en redes sociales que se hacen virales, memes, en los actos de habla, en las aulas, en los espacios laborales, etc.  Si bien cierto que hay una tendencia a evitar hacer chistes con las características físicas de las personas, o con sus condiciones, en los espacios de convivencia de las personas, se sigue recurriendo a la burla y la mofa.

Los grupos más vulnerables discriminados son indígenas, personas con discapacidad, mujeres, personas mayores, gays, lesbianas, transexuales y travestis. La encuesta del INEGI menciona que de cada 10 personas siete perciben que no se respetan los derechos de los grupos vulnerables.

Cuando hablamos de igualdad nos referimos a eliminar todas estas barreras que las personas percibimos sobre los actos de discriminación, construir un lenguaje para que nuestro discurso sea incluyente, y que cada acto que realicemos esté motivado por una igualdad plena, en todos los aspectos de nuestra vida.

La igualdad es igualdad, no deberá haber matices, pero los hay. Cuando en días pasados se aprobó el matrimonio igualitario en San Luis Potosí, por parte de los diputados y diputadas del poder legislativo, los comentarios de las personas en diferentes espacios eran que estaban a favor del matrimonio igualitario pero que sin duda eso rompería la estabilidad de las familias, sustentadas estas observaciones en las valoraciones relacionadas a la discriminación que se ejerce contra las personas por su expresión de género y orientación sexual.

El Poder Legislativo potosino dando un gran paso para avanzar en la igualdad también aprobó el cambio de identidad, con modificaciones al Reglamento de la ley del Registro Civil.  El matrimonio igualitario y el cambio de identidad habían permanecido en la congeladora legislativa, pasaron dos legislaturas para que se desempolvaran las iniciativas, logrando en términos legales un paso más para allegarnos a la igualdad.

Si bien en la legislación podemos hablar de una igualdad plena, en estos dos temas, en los hechos no está ocurriendo así, las personas siguen siendo discriminadas por su orientación y expresión de género, por sus preferencias sexuales, por su deseo de querer formar una familia con las mismas garantías que tienen las parejas heterosexuales.

Es imprescindible que la mirada a la otredad se modifique, que se observe una realidad libre de prejuicios.




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