DENUNCIAS EN #METOO
Colaboración
para Global Media
08
ABRIL 2019.
¿Qué es el movimiento #MeToo? Contar una historia sobre la sensación que
una persona tiene cuando la intimidan sexualmente es complejo porque tenemos
muy arraigado en nuestras mentalidades la culpa, de pronto podemos justificar
las frases que nos dicen con la posibilidad de una propuesta de atracción
mutua, pero esto desaparece cuando se rompe la delgada línea de sentir que
estamos juntas dos personas en un camino hacia la seducción.
¿En qué momento la línea se desvanece? Ese es el punto, y va desde una
mirada que nos puede encaminar a dos vías una, la de la atracción mutua y dos,
la de un acto de intimidación y acoso. Hemos vivido las personas esta
sensación. Entre sentirnos atraídas por alguien, por las miradas, por su
comunicación no verbal, por su comunicación escrita, por las emociones que nos
produce tener comunicación con alguien, y va en dos vías, cuando ambas personas
experimentamos lo mismo. La oposición, como por dialéctica pura es cuando el
encuentro de emociones no se cruza, y una de las partes quiere obligar a la
otra a que perciba lo mismo que ella.
Las personas en general estamos expuestas a estas dos vías, sin embargo
todo quedaría en una mera experimentación de emociones, si no entrara a este
proceso el poder que una de las partes puede tener o representar sobre la otra.
La intimidación y el acoso se generan en este espacio de poder que una de las
partes ejerce, y tiene que ver con la ausencia de relaciones sanas, justas, equitativas
y amorosas.
Las personas que tienen privilegios sobre otras, en relación con los
roles de género que ejercen en su contexto y en sus grupos sociales, laborales,
familiares, docentes, etc., son quienes utilizan su espacio de poder para
coaccionar a las personas a que realicen acciones que van en contra de esa
serie de emociones que he descrito. Ya no hablamos de una probable relación de
seducción sino de imposición relacionada casi siempre con ofrecimientos que no
son ninguna oferta sino presiones para que a cambio de realizar una acción que
satisfaga las emociones del otro pudiera verse beneficiada la persona que está
en desventaja en esa relación de poder.
Así, desde este enfoque que planteo, cualquier persona que ejerza poder
en relación a los roles de género, podrá acosar, hostigar, presionar, intimidar
y coaccionar a otra persona. Ante la jerarquía de poder es muy difícil que una
persona afectada pueda denunciar a quien le acosa y hostigue, porque
generalmente quien tiene el poder tiene a muchas personas de su lado y casi
siempre el carisma forzado o propio le acompaña, y al momento que queremos
contarle a una persona lo que vivimos no creen, porque quien detenta el poder
también detenta la credibilidad forzosa. Denunciar estos hechos se convierten
una acción titánica de credibilidad en nuestro propio círculo, sea social,
familiar, escolar, de la comunidad, político, académico, gremial, laboral, etc.
Quienes hemos estado en desventaja histórica hemos sido nosotras las
mujeres, porque nos han presionado con una falsa seducción que está en el otro
lado del límite del poder, a muchas les han obligado a llevar a cabo acciones
que contravienen sus propias convicciones y que no han tenido más remedio que
hacerlo y callar, por las amenazas más que del que ejerce el poder, de nuestra
propia sociedad que no nos cree pero que además nos criminaliza.
Hemos visto en éstas semanas el resurgimiento en México del movimiento
#MeToo.
¿Cómo comenzó? inició con trabajos de investigación periodística en
Estados Unidos y fue el New York Times NYT [1] el
que publicó tres importantes informes de investigación sobre el acoso sexual en
los medios de comunicación, la tecnología y las industrias cinematográficas,
que tituló en español “Cómo romper una historia de acoso sexual” de Alexandria
Symonds publicado el 15 de octubre de 2017, la investigación detalló la cultura
del acoso en la cinematografía norteamericana y en la que nunca se les dio voz
a las mujeres, algunos hombres que denunciaron.
En un amplio trabajo de Ronnan Farrow publicado el 10 de octubre de 2017
en The New Yorker [2]
entrevistó a 13 mujeres que relatan el acoso sexual y el abuso de poder que
ejercen contra ellas, las cosifican y las limitan en sus actividades
profesionales. Por este trabajo Ronnan Farrow gana el premio Pulitzer el año
pasado.
En México en 2017 inicia la periodista Carmen Aristeguí [3] dándole
voz a Karla Souza, Stephanie Sigman, Paola Núñez y la clavadista olímpica Azul
Almazán en su programa de la CNN y en el que denunciaron acoso sexual por parte
de personas con poder en sus actividades profesionales. En ese momento México
no tuvo la propuesta del #MeToo como fue en Estados Unidos con @alissaarmilano
que invitó a denunciar bajo ese Hashtag en la red social Twitter, a los hombres
que habían acosado a mujeres.
Esta propuesta que se convirtió en un movimiento de denuncia dio un giro
impresionante en las últimas semanas en México bajo diferentes modalidades del #MeToo,
escritores, músicos, cantantes, actores, periodistas, mujeres que han decidido
denunciar a sus acosadores porque no encontraron otra vía para hacerlo; surgió
como una iniciativa para sensibilizar a las personas a escuchar a mujeres que
estuvieron en silencio muchos años por el temor sobre todo de la sanción
pública y la ausencia de credibilidad.
Debe ir más allá del fenómeno social y mediático, para observarlo en la
dimensión de una vida libre de violencia y de acceso de las mujeres a la
justicia, pero también de personas que por su identidad, orientación y
expresión de género se les ha invisibilizado pero han sido víctimas de las
relaciones desiguales.
El #MeToo surge para hacer visible la violencia y agresión sexual que
muchas mujeres han vivido, que nos está obligando en el marco de los derechos
humanos a que se lleven los asuntos al terreno de la denuncia penal y con ello
fortalecer los canales legales para la denuncia.
[2]
https://www.newyorker.com/news/news-desk/from-aggressive-overtures-to-sexual-assault-harvey-weinsteins-accusers-tell-their-stories
[3]
https://cnnespanol.cnn.com/2018/02/22/acoso-sexual-mexico-karla-souza-metoo-aristegui-stephanie-zigman/
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