¿A DÓNDE QUEREMOS IR LAS MUJERES?
Colaboración
para Global Media
21 ENERO
2019.
Desde
hace varias décadas las mujeres queremos un trato igual, hemos visto avanzar a
través de acciones afirmativas la disminución de la brecha de desigualdad;
queremos caminar por las calles con tranquilidad, pero también queremos que el
hogar sea el espacio seguro y queremos mayor participación en todos los
espacios de tomas de decisiones.
Si
hemos avanzado de manera significativa y queremos que no haya un sólo paso para
atrás en logros obtenidos.
En
materia política sigue vigente el reto, a pesar de los avances de la elección
pasada en el que se alcanzó equidad en los congresos de los estados y en el
Congreso de la Unión, observamos que las mujeres no están en las comisiones
legislativas que llevan a cabo las negociaciones o acuerdos políticos. Los
logros no los podemos minimizar porque hemos obtenido transformaciones en
nuestra inserción en la vida económica y laboral, educativa, de negocios, etc.
Sin
embargo en situaciones de la vida cotidiana seguimos empantanadas. Todos los
días mujeres son víctimas de violencia, un 43. 9 porciento [1]
de las mujeres han sufrido violencia en sus relaciones de pareja, y desde
edades muy tempranas las niñas deben enfrentar la violencia. Esto es lo que
cada día las mujeres resienten en sus relaciones interpersonales, sean en la
comunidad, la escuela, el trabajo o el hogar.
¿Qué
hacemos en el hogar para alcanzar primero la equidad y luego la igualdad? Es
decir ¿cómo generamos sinergias responsables para comportamientos proactivos en
las relaciones entre hombres y mujeres?
Hace
algunos meses Martha Lamas escribió en su libro “Acoso ¿Denuncia Legítima o
victimización?” publicado en editorial del Fondo de Cultura Económica, sobre
las denuncias públicas en sitios de internet que mujeres realizaron años después
de haber vivido algún tipo de agresión sexual, para que les dieran determinados
papeles en películas, obras de teatro, comerciales, etc., los relatos de muchas
mujeres quedaron agrupados en los hastach
#MeToo en Estados Unidos y #BalanceTonPorc , cuando leíamos horrorizados
los testimonios, sale a la escena Martha Lamas a advertir que muchas mujeres
estamos en la opción de decir no, pero que no lo hacen porque a cambio han
obtenido beneficios.
En ese
momento, me sumé a las críticas que se le hicieron a la antropóloga y
feminista, porque me parecía que las mujeres estábamos en desventajas sobre los
hombres que acordaban favores sexuales a cambio de un beneficio en la vida
profesional de alguna mujer. Martha Lamas explica que no hubo acoso, hubo
acuerdos y una relación consensuada y que lo que estábamos haciendo muchas
activistas era fomentar en muchas mujeres una percepción de victimización que
no le era útil para decir NO cuando ella no quisiera, pero cuando había acuerdos,
¿por qué venía el arrepentimiento? ¿por qué años después lo perciben como un
tema de acoso, cuando en su momento fue un pacto o un acuerdo?
Las opiniones
de Lamas van en el sentido que las denuncias en redes sociales por acoso han
sido una especie de mecanismo para canalizar el malestar y la indignación de toda la indiferencia a las prácticas
machistas discriminatorias.
Con el
paso del tiempo le he dado la razón a Martha Lamas, las mujeres y los hombres
debemos construir relaciones sanas, equitativas, que deben tener su inicio en
los hogares, y es ahí precisamente en donde se concentran el mayor número de
agresiones que señalan vivir las mujeres, es reprobable la sola idea de que
algunas mujeres hayan querido sacar ventaja de la victimización, lo que
esperaríamos es que sea de ayuda a otras mujeres que han sido víctimas de
agresión sexual, que haya sido útil como un mecanismo de catarsis, pero no de
publicidad para obtener ventajas.
Las
relaciones sanas deben tener sustento en la comunicación, en saber incluso distinguir entre el acoso, el
maltrato, los actos de violencia, vamos buscando que las personas lleguemos a
tener una mejor forma de interactuar, de poder llevar una relación sana a
partir de la igualdad de condiciones en todos los terrenos. Las mujeres
queremos ir a un futuro sano e igualitario entre todas las personas.
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