martes, 13 de noviembre de 2018

LOS CELOS, PODER Y CONTROL vs LAS MUJERES, por Gloria Serrato


LOS CELOS,  PODER Y CONTROL vs LAS MUJERES
Colaboración para Global Media
13 NOVIEMBRE 2018.

¿Los celos son normales en una relación de pareja? Las relaciones amorosas parecen tener su fundamento en la confianza, la certidumbre, el amor, el cariño, todas las relaciones sanas no tendrían espacio para emociones contrarias; sin embargo en las parejas también se generan sentimientos relacionados al temor de perder el cariño de la otra persona y algunas investigaciones psicológicas mencionan que se asemeja a una reacción “normal” de sentir amenazada la condición de vida que se tiene con la persona amada.
Durante este mes de noviembre en este espacio hablaremos de algunos temas que preocupan a las mujeres que consideran que están viviendo algún tipo de violencia con su pareja y que además no saben qué hacer y con quién acudir a solicitar apoyo y acompañamiento.
La pregunta sobre si los celos son reacciones o emociones positivas en la relación de pareja es muy frecuente,  y generalmente la hacen cuando han vivido varios episodios de violencia en los que hubo enfrentamientos entre la pareja por desconfianza y por hacerla sentir responsable de sus reacciones. Es decir, siempre con expresiones de “por tu culpa me pongo celoso”, “si tu no hubieras dado motivo”, “yo no era así, hasta que empecé a salir contigo”, “es la última vez que reacciono así” y todas estas frases con un final de solicitar perdón y asegurar que no se volverán a repetir.
Los celos se pueden estudiar desde varias ópticas, una de ellas es la psicológica en la que se da una explicación relacionada con la formación de la infancia vinculada con hechos vividos no resueltos y que le han dejado merma en su autoestima que reacciona de manera violenta ante la posibilidad de perder el control que tiene sobre su compañera.
También hay otro enfoque que tiene que ver con las condiciones sociales y culturales en los que viven y se desarrollan los hombres, en una cultura machista y misógina que privilegia la toma de decisiones de los hombres en un contexto de violencia normalizada y reproducida en los modelos del amor romántico arrastrados por generaciones, que dan una forma de lo conveniente o no que debe ser una relación de pareja.
La palabra celos tiene su origen etimológico en el latín Zelus[1] que significa Arder, probablemente también del griego zein que podemos interpretar como hervir, los diccionarios mencionan sobre este vocablo el efecto de ocasionar  ardor o pasión por algo, también menciona la sospecha e inquietud de que la persona amada tenga un interés en otra persona. Ha habido una explicación del vocablo  en la RAE[2]  vinculado al cuidado, a la diligencia, al esmero que alguien pone al hacer algo, o al interés extremado y activo que alguien siente por una causa o por una persona, pero también menciona que “es la sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra”.
La definición de dicho vocablo heredado por supuesto de una Real Academia de la Lengua Española que no acaba de aceptar la perspectiva de género, ha educado a varias generaciones construyendo una idea en el imaginario colectivo de que los celos tienen que ver con el “esmero”, el “interés extremado y activo” que alguien siente por una persona, si a esto le agregamos la representación del amor romántico como forma de diseñarnos las relaciones de pareja, se deja de lado que los celos no sólo son sentimientos sino una forma activa de mostrar el poder que se tiene de una persona sobre otra mediante la coerción emocional y psicológica.
El enfoque psicológico nos menciona que una persona se puede relacionar con otra no sólo por la atracción sino también por los aspectos negativos que le genera con respecto de problemas no resueltos que de sus relaciones anteriores o de su infancia, tales como inseguridad, temor a resultar desprestigiado, debilidad de la relación, la sensación de ser excluido y dejado de lado.
Desde un enfoque cultural y social lo que vemos es la reproducción de relaciones amorosas basadas en las relaciones de poder y los celos como agente de control para perpetuar las relaciones desiguales entre hombres y mujeres, y que amparados bajo el imaginario colectivo de que los celos son a veces una reacción de amor, nos lleva a observar relaciones de pareja toxicas que se enraízan con el concepto de “celos por amor”, como aquello romántico e ingenuo.
¿Cómo nos damos cuenta que los celos van más allá de una emoción pasajera y que podría ser una forma de control?
Cuando la emoción trascienda a estado de ánimo y se perciba que se quiere dominar y ejercer poder sobre la pareja de una manera ya no sutil y disfrazada de amor, de cariño y de protección, si no que adquiera una forma agresiva y violenta.
Lo primero es apoyarse de una persona de confianza, que no juzgue que pueda acompañarnos a recibir asesoría e información que sea de utilidad para tomar decisiones sobre el futuro; segundo es necesario que se acuda con un psicólogo o psicóloga especialista en la materia para que apoye la recuperación de la autoestima, para ello existen instancias públicas que ofrecen el servicio gratuito como el Instituto de las Mujeres de San Luis Potosí (IMES) , algunas organizaciones de la sociedad civil; y como tercero es indispensable que se inicié una sólida comunicación con familiares y amistades para evitar el aislamiento que pudiera darse producto de una probable relación de pareja tóxica.
Es complejo que una mujer tome decisiones inmediatas sobre la situación que vive, pero es importante que se le apoye para que tenga las alternativas que existen en donde pueda encontrar apoyo y acompañamiento.




[1] http://etimologias.dechile.net/?celo
[2] http://dle.rae.es/?id=8A737TG|8A7sRXS

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