domingo, 15 de mayo de 2016

SER MADRE EN MÉXICO
Colaboración para el programa A Detalle en Global Media
09 DE MAYO DEL 2016

Este martes en México y en muchos países se celebra el Día de la Madre, es una fiesta en la que la mujer que es mamá recibe obsequios, halagos, felicitaciones, amor y mucho qué hacer al día siguiente.

Pero en realidad ¿qué celebramos? Nuestro país enfrenta serios problemas de violencia contra las mujeres, son varios los estados que ya se sumaron a la alerta de violencia de género debido a las condiciones de vulnerabilidad de las mujeres para tener un libre y sano desarrollo de sus capacidades.

Este 10 de mayo se cumplen 94 años de la instauración del Día de la Madre, propuesta por el director del periódico Excélsior Rafael Alducín y en seguimiento a una iniciativa del entonces Secretario de Educación José Vasconcelos, en la apariencia era seguir el modelo de los Estados Unidos que ya lo festejaba desde 1905.[1]

La idea de celebrar a las madres de México no era tan inocente, había un trasfondo de tranquilizar a colectivos de mujeres que estaban pugnando por los derechos de todas a decidir sobre la maternidad.

En este preámbulo vemos que al paso del tiempo se ha afianzado una fecha para celebrar a las mujeres madres, a costa de seguir reforzando la idea iniciada en 1922 y fortalecida durante la administración de Manuel Avila Camacho de “madre prolífica”, de  la mujer que debía ser abnegada, sacrificada, humilde, abandonada, débil.
  
Establecer una fecha para venerar a las madres del país significaba redoblar esfuerzos frente a expansión surgida en Yucatán de mejorar las condiciones de las mujeres tal como se planteó en 1916, la promoción de una educación feminista y en marzo de 1922 se distribuyeron folletos sobre el control de la natalidad y educación sexual para mujeres, que fue calificada por Excélsior como “campaña suicida y criminal” pues denigraba la función más alta de la mujer que era “dar a luz”.

En 1941 el presidente Manuel Ávila Camacho convocó al concurso de madre con 20 hijos vivos [2], por supuesto siempre con el apoyo mediático de Excelsior que se jactaba de ser el iniciador de esta celebración. 

La herencia del pasado que a las mujeres nos dieron ante el temor de las autoridades a que se rompieran los esquemas tradicionales y morales, tenían que ver con la construcción de un país que en apariencia velaba por la sociedad a costa de vulnerar los derechos de las mujeres a desarrollarse en todos los aspectos de la vida.

Ese legado nos dio a las mujeres la responsabilidad de sacrificarnos para criar, educar y ver crecer a hijas e hijos, significó que muchas mujeres que trabajaban eran doblemente vulneradas por la falta de garantías laborales que les impedía contar con seguridad social y médica en el embarazo y parto; aquella que lo hacía parecía ser castigada por el propio entorno con trabajos mal pagados, jornadas dobles en casa para cuidar el hogar y a los hijos e hijas.

Ahora las mujeres seguimos buscando la igualdad con respecto de los hombres, ha habido avances muy significativos materializados en las leyes para dar cumplimiento a los acuerdos internacionales que México ha firmado por ser país parte de la ONU, de la OEA, y de las diferentes convenciones para erradicar la violencia contra las mujeres. A pesar de ello seguimos pidiendo respeto a nuestros derechos, entre ellos a la maternidad libre, a una educación sexual desmitificada de roles y estereotipos de género, guarderías y escuelas que contemplen los horarios de las madres, acceso en todo el país a contar con las garantías necesarias para la interrupción del embarazo, garantías para evitar la mortalidad materna, la violencia obstétrica, y un largo etcétera de derechos que tenemos restringidas las mujeres.

Las jóvenes actualmente ya no tienen en su agenda de vida la maternidad como opción de realización, desde el 2012  iniciaron la protesta Un día después, para visibilizar los problemas de muchas mujeres que son madres y que se enfrentan a todo un sistema que les reclama, enjuicia, lastima y vulnera, además para exigir que se respete el derecho a decidir con plena libertad ser madres[3].



[1] Al respecto véase el Discurso Tradicionalista sobre la maternidad: Excélsior y las madres prolíficas durante el avilacamachismo. , Martha Santillán, 2009, Secuencia Núm 77 mayo/agosto 2010, en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-03482010000200004
[2] Ibid
[3] Al respecto véase a Martha Lamas: http://www.proceso.com.mx/307439/10-de-mayo-ayer-y-hoy-2

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