SER MADRE EN MÉXICO
Colaboración
para el programa A Detalle en Global Media
09 DE MAYO
DEL 2016
Este
martes en México y en muchos países se celebra el Día de la Madre, es una
fiesta en la que la mujer que es mamá recibe obsequios, halagos, felicitaciones,
amor y mucho qué hacer al día siguiente.
Pero en
realidad ¿qué celebramos? Nuestro país enfrenta serios problemas de violencia
contra las mujeres, son varios los estados que ya se sumaron a la alerta de
violencia de género debido a las condiciones de vulnerabilidad de las mujeres
para tener un libre y sano desarrollo de sus capacidades.
Este 10
de mayo se cumplen 94 años de la instauración del Día de la Madre, propuesta
por el director del periódico Excélsior Rafael Alducín y en seguimiento a una
iniciativa del entonces Secretario de Educación José Vasconcelos, en la
apariencia era seguir el modelo de los Estados Unidos que ya lo festejaba desde
1905.[1]
La idea
de celebrar a las madres de México no era tan inocente, había un trasfondo de
tranquilizar a colectivos de mujeres que estaban pugnando por los derechos de
todas a decidir sobre la maternidad.
En este
preámbulo vemos que al paso del tiempo se ha afianzado una fecha para celebrar
a las mujeres madres, a costa de seguir reforzando la idea iniciada en 1922 y
fortalecida durante la administración de Manuel Avila Camacho de “madre
prolífica”, de la mujer que debía ser
abnegada, sacrificada, humilde, abandonada, débil.
Establecer
una fecha para venerar a las madres del país significaba redoblar esfuerzos
frente a expansión surgida en Yucatán de mejorar las condiciones de las mujeres
tal como se planteó en 1916, la promoción de una educación feminista y en marzo
de 1922 se distribuyeron folletos sobre el control de la natalidad y educación
sexual para mujeres, que fue calificada por Excélsior como “campaña suicida y
criminal” pues denigraba la función más alta de la mujer que era “dar a luz”.
En 1941
el presidente Manuel Ávila Camacho convocó al concurso de madre con 20 hijos
vivos [2],
por supuesto siempre con el apoyo mediático de Excelsior que se jactaba de ser
el iniciador de esta celebración.
La
herencia del pasado que a las mujeres nos dieron ante el temor de las
autoridades a que se rompieran los esquemas tradicionales y morales, tenían que
ver con la construcción de un país que en apariencia velaba por la sociedad a
costa de vulnerar los derechos de las mujeres a desarrollarse en todos los
aspectos de la vida.
Ese legado
nos dio a las mujeres la responsabilidad de sacrificarnos para criar, educar y
ver crecer a hijas e hijos, significó que muchas mujeres que trabajaban eran
doblemente vulneradas por la falta de garantías laborales que les impedía
contar con seguridad social y médica en el embarazo y parto; aquella que lo
hacía parecía ser castigada por el propio entorno con trabajos mal pagados,
jornadas dobles en casa para cuidar el hogar y a los hijos e hijas.
Ahora las
mujeres seguimos buscando la igualdad con respecto de los hombres, ha habido
avances muy significativos materializados en las leyes para dar cumplimiento a
los acuerdos internacionales que México ha firmado por ser país parte de la
ONU, de la OEA, y de las diferentes convenciones para erradicar la violencia
contra las mujeres. A pesar de ello seguimos pidiendo respeto a nuestros
derechos, entre ellos a la maternidad libre, a una educación sexual
desmitificada de roles y estereotipos de género, guarderías y escuelas que
contemplen los horarios de las madres, acceso en todo el país a contar con las
garantías necesarias para la interrupción del embarazo, garantías para evitar
la mortalidad materna, la violencia obstétrica, y un largo etcétera de derechos
que tenemos restringidas las mujeres.
Las
jóvenes actualmente ya no tienen en su agenda de vida la maternidad como opción
de realización, desde el 2012 iniciaron
la protesta Un día después, para visibilizar los problemas de muchas mujeres
que son madres y que se enfrentan a todo un sistema que les reclama, enjuicia,
lastima y vulnera, además para exigir que se respete el derecho a decidir con
plena libertad ser madres[3].
[1] Al respecto véase el
Discurso Tradicionalista sobre la maternidad: Excélsior y las madres prolíficas
durante el avilacamachismo. , Martha Santillán, 2009, Secuencia Núm 77
mayo/agosto 2010, en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-03482010000200004
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