DERECHOS DE NIÑAS, NIÑOS,
LA VULNERABILIDAD DE LA SOCIEDAD FUTURA.
Colaboración
para el programa A Detalle en Global Media
07 DE
SEPTIEMBRE DEL 2015
En
memoria a Evelyn.
Esta
semana hemos recibido información de niños y niñas víctimas de los problemas de
adultos, víctimas de la inadecuada negociación para resolverlos, víctimas de la
maldad, de la perversión, del abandono, del maltrato, de la injusticia.
Las
niñas y los niños siguen siendo la población más vulnerable, el Estado tiene la
obligación y la responsabilidad de velar su desarrollo para un crecimiento que
le permita tener un futuro alentador sobre su vida. Los compromisos que México adquirió
están en los acuerdos que ha ratificado de las convenciones internacionales de
la Organización de Naciones Unidas. Por ejemplo se aprobó la Convención sobre
los derechos del niño en noviembre del 1989, casi todos los países lo han
ratificado, menos Estados Unidos y Somalia [1]
.
En
ellos se quedan asentado como objetivo que niños y niñas alcancen un desarrollo
pleno, que no sufran a causa del hambre, de la necesidad, del abandono, de los
malos tratos, además promueven que no son propiedad de sus padres, ni objetos
indefensos de la caridad. Los niños y las niñas son personas, tienen derechos y
responsabilidades adecuados a su edad.[2]
A
pesar de todos los derechos que gozan, siguen sufriendo por diferentes causas,
entre otras, por la pobreza, la falta de un hogar, el mal trato, el abandono,
las enfermedades, la falta de acceso a la educación, sistemas de justicia que
no les reconocen sus derechos y que ningún país se ha escapado.
Una de
las principales formas de violencia de que son víctimas, es el sentido de
propiedad sobre ellos de parte de las personas adultas, algo generalizado en
todas las sociedades, con lo que adultos educan a base de la censura, del
regaño, de la violencia física y psicológica, además tenemos naturalizada la
violencia como parte de la esfera de la intimidad de los hogares, lo que no
permite evidenciar la magnitud del problema hasta cuando los medios de
comunicación recogen noticias escalofriantes del sufrimiento de niños y niñas a
manos de sus padres, de sus padres, de familiares directos e indirectos.
Los datos que nos ofrece la UNICEF en el El Informe Nacional sobre Violencia y Salud del año
2007 indicaban que, durante los últimos 25 años, dos niños menores de 14 años
han muerto asesinados cada día. Además, entre
un 55 y un 62% de niños y niñas dicen haber sufrido alguna forma de maltrato
(físico, emocional o sexual) en algún momento de su vida.
La familia, la escuela, la
comunidad, de alguna manera ha legitimado y aceptado como natural la violencia
para la formación de los futuros adultos y adultas, y de pronto se hacen
invisibles las formas de violencia o maltrato de que son víctimas, esto trae
como consecuencia que persista.
Tenemos muchas leyes que
garantizan el respeto a los niños, niñas y adolescentes, como la recién
aprobada Ley de los Derechos de niñas, niños y adolescentes para el Estado de
San Luis Potosí, que advierte que tienen “(…) derecho a vivir una vida libre de
toda forma de violencia y que se resguarde su integridad personal, a fin de
lograr las mejores condiciones para favorecer su bienestar y desarrollo
integral”[3]
Se
debe visibilizar la problemática que viven para que no tengamos que ver
noticias en la prensa tan devastadoras de las acciones de los padres y madres
por no saber cómo enfrentar una situación y por pensar que los niños y las
niñas son de su propiedad y pueden hacer con ellos atrocidades como el
homicidio.
Debemos
contextualizar la violencia que sufren los y las menores, y determinar también
la situación que han vivido los progenitores, entonces replantearnos la
practicidad de las leyes, la homologación de las mismas, el compromiso de las
autoridades para evitar juicios tan largos en los que se vean desprotegidos y
desamparados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario