VOTO DE LAS MUJERES: 67 AÑOS
Colaboración
para Global Media
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20
DE OCTUBRE DEL 2020
El día 17 de este mes de octubre se cumplieron 67 años
de qué las mujeres mexicanas pudimos participar en la vida democrática mediante
nuestro voto directo en las elecciones. Es un fecha crucial que fue antecedida
de muchas movilizaciones, exigencias, participaciones en algunos estados de
mujeres visionarias que tenían años de hacer ver las dificultades que ponían
los hombres que gobernaban.
En 1953 se modificó el artículo 34 constitucional
donde por primera vez se reconoce a las mujeres la posibilidad de ser
ciudadanas y esta calidad nos permitió la posibilidad de exigir nuestros
derechos civiles y políticos.
La reforma a la Constitución de aquellos años señalaba
que son ciudadanos de la República Mexicana, “(…) varones y mujeres que
teniendo la calidad de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber
cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son y tener un modo honesto de
vivir (…)” la reforma entró en vigor hasta 1954 y en las elecciones federales de
1955, las mujeres acudieron por primera vez a votar.
Ya se habían dado los primeros intentos en algunos
estados entre ellos Yucatán y San Luis Potosí, en donde las mujeres habían
estado trabajando para exigir que los mismos derechos que los hombres, por vez
primera en 1922 en Yucatán se reconoció a las mujeres como ciudadanas y lograron
ganar una elección de diputadas locales Beatriz Peniche, Elvira Carrillo Puerto y Raquel Dzib
Cícero.
Yucatán
fue uno de los Estados de la República Mexicana más adelantados al otorgarles
el voto a las mujeres en 1922, que replicó San Luis Potosí.
Hablar de ellas en estos momentos, justo cuando el año
entrante habrá elecciones en 15 estados del país se hace necesario, porque nos
permite revisar la trayectoria que las mujeres en nuestro país han recorrido para
poder gozar de estos derechos, además reconocerles que éste derecho lo tenemos
que defender justamente acudiendo a las urnas y participar con nuestro voto.
La participación implica buscar espacios para estar en
los lugares de toma de decisiones, para apoyar estrategias, acciones, políticas
públicas a favor de los derechos de todas.
Llegar a tener los alcances políticos, electorales y
de gobierno que hoy tenemos las mujeres ha sido un camino muy largo, difícil,
en donde nos fueron “cediendo” así entre comillas, espacios en donde nosotras
no teníamos la posibilidad de alcanzar, por el sólo hecho de que a las mujeres no
nos correspondía el ámbito público, estábamos recluidas solamente al ámbito
privado, que era el hogar, el cuidado de las familias, a apoyar a los hombres
para que ellos sí llegaran a estos espacios.
Sin embargo, grupos de mujeres empezaron a presionar a
las autoridades para que hicieran las modificaciones necesarias en nuestras
leyes hasta alcanzar primero, la representación de un por ciento de los puestos
de elección popular, posteriormente pasó al 40 por ciento y finalmente, la
modificación que se llevó a cabo para alcanzar la paridad. Decirlo es sencillo,
pero no fue así, hubo obstáculos, frenos, violencia política hacia muchas
mujeres, algunas han perdido la vida en este intento de alcanzar una vida
plenamente democrática, en la que tuviéramos una participación activa.
Ser mujer y querer votar era prácticamente imposible,
lo sigue siendo ahora para muchas mujeres sobre todo aquellas que tienen
mayores vulnerabilidades, no solamente por la zona geográfica en la que viven,
sino por la condición cultural arraigada, en donde la participación política se
deja a un terreno de lo público y entramos en esas cosmovisiones del imaginario
social sobre lo que es positivo o negativo, para el sano desarrollo de las
familias, en el que nosotras directamente siempre tenemos toda la
responsabilidad.
Han habido exigencias internacionales para nuestro
país, que fueron plasmadas en las muy diferentes modificaciones en nuestras
leyes, pero que también por fin se hizo un “Protocolo para la Atención de la
Violencia Política contra las mujeres en razón de género” en el que se traza
una ruta de qué hacer en caso de que una mujer candidata, aspirante, o
servidora pública, viva actos de violencia como pueden ser violencia física,
verbal, psicológica, económica, y violencia sexual.
El camino sigue siendo áspero, han tenido que jugar
las mujeres con las reglas que han impuesto los hombres, aun así hemos logrado
una participación muy amplia.
Me inclino por apoyar a las mujeres, sean de la
militancia partidista e ideológica que ellas elijan, porque las mujeres tenemos propuestas muy
claras de defensa de los derechos humanos de las mujeres, que siempre estarán dispuestas
a apoyar independientemente del partido político que las proponga para una
diputación local, federal, gubernatura, regiduría, presidencia municipal,
porque los problemas que tenemos las mujeres son de brechas de desigualdad
severas y de exclusiones, eso no lo queremos para nade.
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