lunes, 11 de febrero de 2019

EL AMOR DESDE EL FEMINISMO


EL AMOR DESDE EL FEMINISMO
Colaboración para Global Media
11 FEBRERO 2019.
Cuando hablamos del amor inmediatamente asociamos iconos, estereotipos, colores, imágenes vinculadas a las relaciones sentimentales entre las personas. El amor está señalado como uno de los valores más importantes de los seres humanos, hemos creído desde que tenemos consciencia que para llegar a la felicidad el camino seguro es el del amor.

¿Pero qué ocurre cuando el amor se basa en la desigualdad? Las mujeres hemos sido “diseñadas” como seres de amor, para dar amor, no para recibirlo, nos han construido como el pilar de nuestra sociedad por la capacidad natural para generar vida, y por tanto así como el siguiente paso que le sigue a ello, es que somos el objeto del amor de los hombres, y por ello nosotras de manera instintiva cuidamos, atendemos, apoyamos, de manera incondicional a los otros. Esta perspectiva de amor y sexualidad la ha desarrollado la antropóloga Marcela Lagarde[1]  en la que nos advierte que sexo, sexualidad y amor es asignada a las mujeres, porque nuestra capacidad sexual  está atada a la maternidad, y por tanto somos seres de amor, para dar amor.

El amor para nosotras está siempre en relación inmediata con un hombre, nuestro deber ser es amar y esperamos serlo y a los hombres los construimos para ser amados, desde esa visión podemos partir para hablar del amor romántico, del amor incondicional, de cómo se ha generado desigualdad en las relaciones entre hombres y mujeres por esa distinción, las mujeres hemos sido educadas para amar y siempre deseamos ser amadas, por eso esa enorme frustración de no sentirse comprendidas, de percibir que siempre se aporta más a la relación amorosa, de sentir que se da todo sin nada a cambio, y termina en separaciones, divorcios, rupturas dolorosas sintiendo que dejaron todo por amor.

Asi que el amor no es nunca entre iguales, emerge de las diferencias primero las biológicas y luego las sociales, y ahí es en donde se anida a la perfección la opresión de las mujeres, porque dar amor ha sido visto como sinónimo de entrega, sacrificio y obediencia, por tanto el amor carece de igualdad, por el contrario parece que implica una relación de poder.

Sí vemos desde distintos ángulos al amor, por ejemplo a los hombres se les ha heredado la visión de conquistar a la mujer, y en la actualidad la mercadotecnia nos vende prácticamente todo para que él seduzca a una chica, desde desayunos a domicilio, flores, globos, peluches, chocolates, citas en moteles, serenatas, viajes, joyas, etc, es decir proveer de objetos que le ayudan a tener la cercanía necesaria con una mujer para sentirse enamorados.

Quizá lo veamos como algo normal, natural y que no tiene nada de malo, regalar por parte de los hombres y recibir por parte nuestra, pero más allá de esto hay una forma en que como sociedad avalamos la desigualdad: cómo vamos a pensar que ese hombre que obsequia no tiene la visión necesaria para identificar que ser sujeto y objeto de amor, debe primero tener sus sustento en la igualdad, y que no es necesario


[1] Lagarde, Marcela, El Feminismo en mi vida, hitos, claves y topias, 2015, Segunda reimpresión, INMUJERES, Ciudad de México.

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