SABEMOS DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
Colaboración
para el programa A Detalle en Global Media
12
MARZO DEL 2017
Durante
la semana pasada y seguramente está, más mujeres, instituciones,
organismos, universidades, escuelas,
hemos estado hablando de la violencia que se ejerce contra muchas de nosotras,
hemos tratado de hacer visible que se ha habido esfuerzos continuos durante
muchos años porque más mujeres sepan que tenemos los mismos derechos que los
hombres.
Todas
las acciones a favor de la promoción y además en ejercicio del derecho humano a
saber, sobre los derechos que tenemos mujeres y hombres nos harán una sociedad
que vaya alcanzando la verdadera paridad que se pretende, tal como lo señala la
ONU con su lema para la conmemoración del 08 de marzo que es “Por un Planeta
50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de Género” [1],
Desde el 2015 México se comprometió a
hacer tangibles las reformas a la Constitución de 2014 favor de la paridad y la igualdad.
Cada
año pretendemos que más personas conozcan los derechos humanos de nosotras, y
que también se sumen con acciones diarias en la vida privada para poner nuestro
granito de arena en fomentar una sociedad más equitativa e igualitaria. Por supuesto que no está tan
fácil, porque hablamos de hacer cambios en las mentalidades de hombres y de mujeres, y que todas las
instituciones involucradas se sumen a ello.
Estamos
en dinámicas de transición que van caminando al mismo tiempo, es decir las
mujeres estamos avanzando en varias líneas, en la erradicación de la violencia,
en un 50-50, en disminuir las brechas de desigualdad, en alcanzar la paridad en
la vida pública y política, en tener mejores salarios, en tener las garantías
de acceso a la justicia, es tener la atención médica necesaria que nos permita
avanzar en el campo que nos del desarrollo que ansiamos.
Estas
aristas nos han abierto muchos caminos y avanzamos no al mismo paso como nos
gustaría. Eso quiere decir que están conviviendo simultáneamente todos, habemos
grupos de mujeres que necesitamos apoyar para que resuelvan temas de violencia
estructural en el entorno comunitario y familiar, pero también estanos ya
apoyando que se eviten los temas de violencia política y esto de alguna manera
provoca que parezca que vamos a un ritmo lento y quizá que nos paremos.
Hay
grupos de hombres que quieren evitar el empoderamiento y que recurren sobre
todo a estrategias discursivas en las que señalan que hay más leyes que nos dan
espacios de poder público y político sólo por ser mujeres, cuando no es de esta
forma, muchas mujeres estamos preparadas y nos ha costado más esfuerzo alcanzar
grados académicos, o nos ha costado más obtener un buen empleo, porque seguimos
en una cultura que nos asigna funciones por nuestra condición de género que
retrasa muchos de nuestros proyectos.
Es
indispensable girar nuestra mirada a la atención de las acciones en favor de la
reeducación de los hombres. Durante varias décadas el trabajo organizado de las
instituciones y sociedad civil ha estado orientado en concientizar a las
mujeres de sus derechos y de la forma en cómo pueden alcanzar el
empoderamiento, pero hemos dejado de lado a muchos hombres a los que sobre la
marcha les hemos mostrado la vida sin los roles tradicionales que deben llevar
y que crecieron sin estereotipos de relaciones de poder entre hombres y
mujeres.
Es con
los grupos de hombres con quienes debemos trabajar y desarrollar acciones que
den cumplimiento a la Ley de una vida libre de violencia de las mujeres, así
como a la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres, de tal modo que nos permita
seguir avanzando en la prevención, erradicación y sanción de violencia contra
las mujeres.
En los
estos días hemos presenciado actos violentos contra mujeres que se encuentran
en espacios políticos y públicos, y nos replantea los procesos de reeducación
con los hombres. Un legislador por ejemplo, en esencia debe conocer su
responsabilidad para actuar con perspectiva de género aun cuando no forme parte
de su cosmovisión del mundo, o un servidor público, o un presidente municipal,
o un líder sindical. Lo ideal es que quienes formamos parte de la
administración pública sea natural la forma de incorporar por igual a hombres y
mujeres.
Pero
como hemos visto que esto no está siendo de este modo, es urgente que se
reorienten las políticas públicas, las acciones y las estrategias de trabajo
para que más hombres respiren igualdad y equidad, que se tome como algo natural
en nuestras relaciones interpersonales, no sólo con hombres y con mujeres sino
con personas de grupos o comunidades.
Estamos
viendo un trabajo con perspectiva de género en los planteles educativos,
desafortunadamente hay una disfunción palpable entre la educación que reciben
niños y niñas, y lo que ven de las personas que les educan, sean los y las
maestras o padre y madre dentro de los espacios de lo doméstico. Aún sigue
registrándose una contradicción que nos lleva a avanzar lentamente para
alcanzar la meta de la igualdad.
Las
estrategias para la sociedad la debemos trazar entre todas las personas con
mayor responsabilidad para el Estado porque tienen la obligación de cada una de
las acciones que se realicen haya transversalidad de género.
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