lunes, 13 de julio de 2020

FEMINICIDIO INFANTIL, por Gloria Serrato

 FEMINICIDIO INFANTIL

Colaboración para Global Media:

https://www.globalmedia.mx/articles/Feminicidio-infantil

13 JULIO DEL 2020

A Mía Guadalupe y todas las niñas que han vivido y sufrido violencia extrema.

 

La violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos más graves, se trata de actos de discriminación y que nos pone a todas en una condición de vulnerabilidad y desventaja, eso lo hemos mencionado retomando los acuerdos emitidos por la ONU que México ha firmado. La expresión más delicada es un ataque violento hacia la infancia deja secuelas imborrables y que condicionan su vida futura, y en la forma más cruenta hablamos de feminicidio infantil.

A lo largo de la vida de una mujer, en su mayoría ha tenido eventos de violencia, menos graves o más graves, con violencia física, con violencia psicológica, porque se tiene arraigado en nuestro contexto que las formas para educar y corregir a niños y niñas en general, pero particularmente a las niñas es con un manazo , con un grito, con castigos, y tenemos como resultado que ese esa violencia se va normalizando. Pero además es una situación que está muy arraigada y que se ha tolerado.

El contexto en el que se desarrolle en una niña es muy importante para que no vea la violencia como algo natural.  Vamos a poner un ejemplo, una mujer de 18 años de edad, que hoy es mamá, que vivió violencia física, psicológica y sexual durante su infancia, su adolescencia, que se embaraza siendo aún adolescente, tiene mayores posibilidades de ejercer violencia contra su hija, porque a la edad de 16 años ninguna adolescente desea embarazarse. Pero no les damos opciones para evitarlo, y las culpamos, les obligamos a que quieran un nuevo ser que no desean.

La violencia contra las mujeres es una espiral.

Esta joven madre de 18 años tiene ya condiciones previas para educar a su hija de manera violenta, esto puede evitarse atendiendo de manera inmediata a una niña que es víctima de agresiones sexuales, de violencia física, verbal, económica, psicológica,  para poder cambiar el rumbo de la toma de sus decisiones cuando sea adolescente.

Este contexto es uno de los panoramas más frecuentes que se presentan no solamente en nuestra entidad, en nuestro país, sino en el mundo en general.

Una mujer que ha vivido violencia desde la infancia va a reproducir estos patrones si no recibe la atención necesaria para poder cambiar su forma de concebir de relacionarse con sus futuras parejas. Porque la violencia contra las niñas no distingue edad, condición social, la religión, identidad de género, orientación sexual, están expuestas y son más vulnerables.

La sentencia emitida por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) denominada González y otras “Campo Algodonero” que se dictó en noviembre de 2009, dio una serie acciones que debía realizar el Estado mexicano para erradicar la violencia contra las mujeres y contra las niñas. Este documento es la base para los cambios que ha hecho nuestro país para atender a las víctimas en materia de acceso a la justicia de las niñas y de las adolescentes.

En este caso, en esta sentencia de la Corte, dos de las víctimas eran menores de edad y se ordenó al Estado mexicano que se llevaran a cabo acciones concretas para evitar que más niñas y adolescentes sufrieran los efectos de la violencia en su expresión más grave que es el Femincidio, una de esas acciones es la Alerta Alba

De acuerdo con datos de la Red por los derechos de la infancia en México en 2019 se presentaron ocho Feminicidio de niñas al mes, Con una cifra de 98 niñas asesinadas por la sola razón de ser mujeres, esto nos da como cifras que aumentó un 96% este delito en los últimos cinco años.

En el informe emitido por la organización de Naciones Unidas, ONU mujeres en diciembre del año pasado de 2018 denominado violencia y feminicidio video de niñas y adolescentes en México, nos muestra un panorama en el que es importante que nos sentemos a reflexionar sobre otros temas colaterales relacionados a la violencia contra las niñas y las adolescentes.

Echemos un vistazo a la violencia desde la infancia no solamente con las niñas sino también con los niños pero que se recrudece con las mujeres, que es la disciplina violenta para los procesos educativos que ejercen padres y madres, la impunidad en la violencia sexual familiar y no familiar de las niñas y adolescentes, se sigue sin creerles a las niñas que un familiar directo o un amigo cercano ha ejercido agresiones sexuales.

La normalización del amor romántico para seducir a las adolescentes por parte de hombres adultos en donde se cometería otro delito que se llama estupro, y la información no adecuada que se les da a las niñas y a las adolescentes en relación a la sexualidad.

Éstos elementos de educación que están relacionados con la educación no solamente de los padres y de las madres hacia niñas y niñas, sino en nuestro contexto cultural que seguimos reforzando las prácticas de sometimiento de las personas menores hacia los adultos.

Están otros factores que al Estado para que implemente o haga efectivas las leyes que ya existen, en materia de educación para evitar la deserción escolar de niñas y adolescentes, revisar qué está pasando con el abandono escolar, echarle una mirada a la ocupación y al trabajo infantil, dejar de ver el embarazo precoz como una decisión tomada por una niña o por un adolescente, revisar los elementos de pobreza en este grupo poblacional.

Si bien es cierto que tenemos un marco normativo en el que se han plasmado los diferentes instrumentos internacionales sobre los derechos de las niñas y las adolescentes, lo cierto es que seguimos en deuda.

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