2015-08-02
COMUNICADO.
Era la Ciudad de la
Esperanza. Para sus habitantes y para los refugiados, escritores y poetas
perseguidos. Fue refugio de periodistas exiliados, hasta este viernes 31 de
julio de 2015.
Ese día apareció el
cuerpo torturado del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, de 31 años, quien
desde 2012 había recibido y denunciado de diversas maneras amenazas contra su
vida por ejercer su trabajo periodístico.
Estaba en el Distrito
Federal, desde el 9 de junio, para escapar del riesgo que significa para un
periodista ejercer la profesión en Veracruz. Eligió esta ciudad porque su
gobierno ha ofrecido, por diversos medios, protección a periodistas, y porque
organizaciones civiles ofrecieron desde aquí trabajar para su protección y la
de otros colegas.
Este crimen marca a
la Ciudad de México. El refugio se rompió. Las autoridades, y particularmente
el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, están obligados a esclarecer el
asesinato de nuestro compañero. Deben
diferenciarse del gobierno de Veracruz, el mejor ejemplo de que la impunidad es
sinónimo de muerte.
Él ya había
denunciado amenazas, acoso y persecución.
Habló con todos los colegas que encontró a su paso y con sus
empleadores, y recorrió redacciones y medios alternativos y organizaciones de
libertad de prensa para denunciar la imposibilidad de realizar un trabajo
periodístico en Veracruz, y el clima de violencia que lo obligó a exiliarse y
abandonar la vida que había construido en aquella entidad. También el temor que
tenía por los compañeros que en Veracruz se quedaban. Pero la violencia de
Veracruz lo alcanzó en el DF.
Organizaciones de
periodistas exigimos a las autoridades del Distrito Federal, y particularmente
al jefe de Gobierno, el total esclarecimiento de este crimen.
Subrayamos que es
fundamental que las indagatorias privilegien la línea de investigación sobre el
ejercicio periodístico, en particular porque la víctima denunció, en repetidas
ocasiones durante los últimos días, que estaba siendo perseguido y acosado aun
en esta capital.
El ejercicio
periodístico de Rubén Espinosa debe ser la primera línea de investigación que
siga el Ministerio Público de la Ciudad de México. En
este contexto, la PGJDF está obligada a dar cuenta a las autoridades federales
sobre los antecedentes que de manera reiterada expuso Rubén Espinosa, las condiciones que lo hicieron huir de
Veracruz, y cumplir con la responsabilidad de Ministerio Público y
representante de la ciudadanía para garantizar justicia para nuestro compañero.
Rubén Espinosa es el
primer periodista refugiado en el DF, contra
quien se cumplen estas amenazas de muerte.
La Ciudad de México
puede convertirse en otro territorio de impunidad y violencia si no esclarece
con puntualidad y rapidez la muerte de este fotorreportero.
México es conocido
como el país de América Latina donde más periodistas son asesinados. En el
escenario internacional destaca Veracruz, el estado de donde huyó Rubén, y el
desdén y desprecio de su gobernador, Javier Duarte, por los periodistas.
¿Quiere Miguel
Mancera convertirse en otro Javier Duarte? ¿El Distrito Federal se encamina a
convertirse en otro territorio de violencia e impunidad?
Que responda ahora el
jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Atentamente,
Amigos, compañeros y
colegas de Rubén Espinosa Becerril
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