EL FUTURO QUE QUEREMOS LAS MUJERES
Colaboración para Global Media
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29 DE DICIEMBRE 2020
El
año 2021, es el tiempo que cambió al mundo, por fin comprendimos como humanidad que
lo más importante es la salud, física y mental. Tantos siglos, y en este año
que comenzará en breve hemos reparado que la violencia es innecesaria, que
todas las personas podemos vivir en paz y con tranquilidad.
El 2021 será el año en el las exigencias de las
mujeres se tradujeron en políticas públicas, en leyes nuevas, en sensibilidad
de todas las personas, para que tengamos las mismas oportunidades en todos los
ámbitos de la vida pública y privada. Los motivos para exigir desde la plaza
pública, las redes sociales en internet, serán muy escasos porque las
autoridades ya trabajan de manera contundente en eliminar todas las formas de
discriminación.
Todo el trabajo realizado tiempo atrás, para lograr la
sensibilidad sobre nuestras dificultades, es una realidad en todas las personas,
sobre todo en los hombres, en las personas servidoras públicas, en quienes se
empeñaban en vernos diferentes.
2021 será el año en el que las distinciones se borran,
las mujeres, no tenemos más que exigir cuotas de género en los espacios
públicos, los derechos sociales, civiles y políticos, por fin son asumidos sin
distinción de sexo, ni de género, ni de orientación, ni de nada. Por fin llega
ese día, en el que hemos ansiado muchas personas, en el que las diferencias por
nuestra condición de género no son importantes para estar en puestos de toma de
decisiones.
Las relaciones de pareja, son relaciones equitativas
justas y amorosas, la violencia no tiene cabida. Las relaciones humanas se han
emparejado tanto, que las medidas afirmativas que se implementaron como estrategias
de política pública, no son necesarias, hemos asumido como sociedad la igualdad
plena, la igualdad sustantiva, la igualdad real. La igualdad.
Las políticas públicas, por fin, tienen un aterrizaje
completo para subsanar las necesidades que tenemos nosotras, habrán estrategias
concretas, los hombres las ven como algo natural, y nos apoyamos unas con otros,
y otras con unos, alcanzamos las metas y los sueños, como profesionistas, como
personas, como seres humanos.
¡Parece un sueño!.
Espero que al despertarnos el primero de enero de
2021, la mayor parte de estos comentarios, sean puestos en práctica para que se
hagan realidad. Para que algo se cumpla, no sólo hay que decirlo, hay que
hacerlo, hay que trabajar cada día para alcanzar la igualdad.
Según los cálculos de la ONU Mujeres nos faltan más de
50 años para alcanzar la igualdad entre hombre y mujeres, que eliminen las
brechas entre las personas, pero cada día, todas las personas podemos aportar
un poco, basta con tener un poco de sensibilidad y perspectiva de género.
La igualdad, no puede ni debe ser un sueño!
Para que estos anhelos, no sean solamente algo lejano,
que no se puede alcanzar, que no se puede realizar, es necesario primero
identificar que las diferencias no deben generar desigualdades. Segundo, que cada persona podemos trabajar en eliminar
actitudes violentas hacia las mujeres, que cada servidor público aplique sus
protocolos de igualdad en cada una de sus actividades.
La reeducación, es sin duda el mejor antídoto contra
la discriminación y el machismo, es una vacuna para todos los males, entre
ellos para la erradicación de la violencia hacia todas personas, pero
principalmente hacia las mujeres. ¿Cuántas generaciones nos tomará enseñarnos
que las distinciones no tienen que crear brechas de desigualdad?. Seguiremos
exigiendo nuestros derechos hasta que sean realizables.
Porque no queremos que haya más mujeres víctimas de
violencia familiar, ni de violencia feminicida.
No quiero estar soñando.
Hemos hablado en este espacio, de los hechos tan
dolorosos que muchas mujeres viven cada día, a consecuencia de la violencia que
ejercen hombres.
Estas semanas, a lo largo del año que está por acabar,
he tratado en cada una de mis palabras, sensibilizar de la urgente necesidad de
que hombres y mujeres nos veamos como iguales. No queremos que más mujeres mueran
a consecuencia de la violencia feminicida, no queremos que más mujeres vivan
con trastornos psiquiátricos y psicológicos a consecuencia de la violencia
familiar, no queremos mujeres que se sientan minimizadas por querer espacios en
el ámbito público. Queremos una sociedad justa.