VAMOS POR LA IGUALDAD PLENA
Colaboración
para Global Media:
https://www.globalmedia.mx/articles/Vamos-por-la-igualdad-plena
25 DE NOVIEMBRE 2019.
Este lunes 25 de noviembre conmemoramos el Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y es una fecha
para hacer visible que hemos tenido muchos avances, pero que hay una agenda
pendiente, que es urgente involucrar a más hombres a sumarse, a hacerles ver
que muchos de sus privilegios siguen vigentes y que significan desventajas para
nosotras. Falta. Lamentablemente falta todavía mucho por hacer.
Cuando hablamos de violencia nos referimos a todas las
manifestaciones que hay para lastimarnos física y emocionalmente, como para
impedir que podamos acceder a las oportunidades de desarrollo justo y
equitativo.
Cuando escuchamos la palabra violencia tenemos un
impacto en nuestra mente, la palabra es fuerte, viene de un adjetivo y no de un
verbo, es decir no de una acción, sino de una característica de una persona; el
antecedente etimológico es de Violentus, de vis que significa fuerza y olentus,
abundancia, es decir se refería a quien actuaba con mucha fuerza.
La palabra se ha asociado desde entonces a una
cualidad sobre la fuerza, sin embargo el ejercicio de la fuerza es justamente
la opresión que se ejerce contra otra persona, y es además intencional, se busca
lastimar. El vocablo para referirse a quien era fuerte, se fue amalgamando al
hombre, como un valor que le daban la caracterización de lo masculino.
La palabra violencia fue definida por la Organización
Mundial de la Salud como “La violencia es el uso intencional de la fuerza
física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que
tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un
traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.”[1]
El discurso que empleamos en nuestra vía cotidiana por
supuesto que es importante para hacer sentir bien o mal a una persona, no son
sólo palabras vacías de sentido. Al hombre en su categoría sexo genérica le
hemos asignado una gran carga de cualidades que hacen referencia a la actitud
que deben tomar sobre las personas y las cosas. Y por supuesto no siempre es
agradable para ellos cumplir con todo ello.
¿Qué rol deben asumir los hombres frente a la
violencia contra las mujeres que todos los días se ejerce como parte de esos
privilegios? ¿Cómo hacer posible que los
hombres y las mujeres nos veamos como iguales frente a derechos y obligaciones?
Cuando nos referimos a violencia contra las mujeres,
estamos hablando de las desigualdades y que éstas repercuten en actos de
discriminación; la consecuencia es que limita nuestras oportunidades a acceder
a derechos que tenemos como la educación, el trabajo, la salud, la educación,
una vivienda, pero sobre todo derecho a una vida libre de violencia; cuando por
nuestra condición de ser mujer nos ponen trabas para alcanzar esos derechos hay
una trasgresión a la equidad, para llegar a la igualdad plena.
Nos está costando porque aún con toda la información
que tenemos a nuestro alcance sigue habiendo actos de discriminación en nuestra
interacción diaria.
La comunicación juega un rol crucial, la forma en cómo
hemos normalizado un discurso sexista, misógino, en el que siempre se hace mofa
de nosotras, debemos evitar tomarlo como si fuera normal. Ese juego de hacernos
creer que nos gusta el discurso sobre nosotras, es una acción de la
masculinidad tóxica que se puede propagar en una sociedad que esta poco
interesada en aprender, en reeducarnos en una nueva forma de vernos.
Decir no es suficiente. Porque podemos mencionar que
estamos a favor de que las mujeres ya no vivan violencia, pero se sigue
ejerciendo; podemos decir que nos vemos como iguales pero todos los días
hacemos distinciones, en nuestra propia casa, en la escuela, en la calle;
podemos decir que habrá igualdad pero hacen chistes y bromas hirientes
comparando la igualdad con cargar un garrón de 20 litros con agua.
Esa nos es la programación del discurso igualitario,
el discurso es la capacidad de las personas en organizar sus ideas y
trasmitirlas, ¿cómo podemos comunicar lo que no pensamos, lo que nunca hemos
considerado?
Estoy a favor de visibilizar que los hombres siguen
teniendo privilegios que nos limitan, que debemos apostar a la educación, que
debemos impulsar a más mujeres y hombres a vernos y tratarnos como iguales,
estoy a favor de cambiar nuestros hábitos discursivos desde la conciencia plena
y en concordancia con nuestras acciones, estoy a favor de exigir que el acceso
a la justicia de las mujeres sea rápido.
Hoy retomo las ideas de la semana pasada, recordar que
ninguna mujer debe asesinada, que cada una de las personas colaboremos en
evitar acciones que nos lastimen como sociedad. Propongo hacer redes de apoyo
de acompañamiento a mujeres que viven violencia, exigir acciones efectivas de
vigilancia, asistencia y ayuda mujeres una vez que denuncian los delitos de
violencia que viven a manos de sus parejas o ex parejas.
Requerimos mayor compromiso de las autoridades para
erradicar la violencia contra las mujeres.
Me sumo desde este espacio a visibilizar aspectos de
la vida cotidiana de las mujeres que limitan su incorporación a una vida libre
de violencia y a apoyar la campaña global “Generación Igualdad: Por los
derechos de las mujeres y un futuro igualitario”, de la Organización de
Naciones Unidas, a cumplir los acuerdos de la sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos “Campo Algodonero” que cumplió la semana
pasa 10 años.