DESPENALIZAR EL ABORTO, URGENTE
Colaboración
para Global Media
30 DE
ABRIL DEL 2018.
La interrupción del embarazo sigue siendo un tema que genera
controversia, y que lo recordamos cada que se hace público que una mujer es
detenida por el delito de aborto. En días anteriores una joven fue acusada y se
difundió en medios de comunicación locales, ocasionando que activistas
nacionales voltearan sus ojos a San Luis Potosí para solidarse con la joven y
ofrecerle ayuda jurídica y psicológica.
El aborto es un tema tabú y más en tiempos electorales. Se da dado la
vuelta a cualquier mención por parte de la legislatura actual, si se hacen
pronunciamientos siempre en favor de los derechos humanos de las mujeres, pero
no ha pasado del discurso, en la práctica se han ido por las ramas de los temas
centrales que están erosionando a las mujeres, y se van por la inclusión de
atenuantes de algunos delitos ya
clasificados en el Código Penal.
Recientemente los medios de comunicación cuestionaron a legisladores
sobre si podrían incluir en la agenda legislativa la despenalización del
aborto, se saltaron el tema. Se dejara de lado
porque diputados y diputadas están alejados de las reformas esenciales
que está pidiendo la población, pero
sobre toda de las necesidades de la población para evitar mujeres mueran por no
contar con las condiciones sanitarias adecuadas para la realización de una
interrupción del embarazo.
En nuestro país parece haber derechos segmentados, mientras que en la
Ciudad de México las mujeres son libres en su derecho a decidir sobre la
maternidad y alcanzar una interrupción del embarazo sin riesgos, en entidades
como la nuestra es un delito penal, pero además la mujer que lo hace se somete
al escrutinio público de lo correcto o lo incorrecto, enmarcado en valores
vinculados a la religión y la moral.
Es urgente que en el marco de las promesas electorales, las mujeres que
se están postulando para llegar al poder legislativo pongan sobre la mesa de
análisis la despenalización del aborto; es una gran materia pendiente al que no
le quieren entrar, pero lo que estamos viendo es cada vez más embarazos,
jóvenes mujeres que en plena edad productiva se enfrentan a un embarazo no
deseado y que ven truncadas sus aspiraciones de futuro.
Nos tenemos que alejar de pensar que sólo podemos hablar del aborto en
casos de violación, porque la realidad nos está superando y muchas jóvenes hoy
piensan que la opción es acudir a la Ciudad de México a realizarse una
interrupción asistida del embarazo, o bien que a través de videos colgados en
las redes pueden encontrar un método para ello; sabiendo que esto pone en
riesgo su salud e incluso su vida.
Cada vez que mencionamos el tema regresamos al punto inicial: la
criminalización de las mujeres. Etiquetar de moralmente inadecuado el sólo
señalar estar a favor del aborto; a las mujeres nos asignan la responsabilidad
absoluta de la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual.
Los derechos sexuales y reproductivos sigue siendo una utopía para las mujeres porque
no podemos decidir con necesaria autonomía sobre nosotras mismas.
En la Ciudad de México desde el año 2007 aprobó una reforma y modificó
la Ley de Salud para que las mujeres tuvieran plena libertad en su derecho a
una interrupción legal del embarazo y la atención médica necesaria para
llevarlo a cabo. En tanto que en San Luis Potosí el delito de aborto está
tipificado como delito no grave en el Código Penal del Estado en el Artículo
148, en 2017 se reformó señalando que es delito cuando la madre procure
voluntariamente el aborto o consienta que otro la haga abortar, con penas de
uno a tres años de prisión y multa, y alcanza el delito al que realice con el
consentimiento de la madre, el
profesionista que cause el aborto además de esta pena se suspenderá del
ejercicio de su profesión por cinco años.
El mismo Código Penal de San Luis Potosí, en su artículo 150 se señala
tres hipótesis para que no haya delito que perseguir: a) Cuando la sea
resultado de una acción culposa de la mujer embarazada, b) el embarazo sea resultado
de un delito de violación o inseminación indebida y no será necesario que haya
sentencia , sólo la comprobación de los hechos y, c) de no provocarse el aborto la mujer corra
peligro de muerte a juicio del médico que le asista.
He propuesto desde hace tiempo que nos alejemos de cuestiones de
carácter moral, religioso, y podamos iniciar discusiones serias sobre la
despenalización del aborto. Cifras exactas de muertes de mujeres por abortos
inseguros no son confiables, pero se
menciona por organismos internacionales no gubernamentales[1] que
el progreso desigual se ve reflejado en este tema. El aborto sigue siendo
inequitativo tanto en su acceso como en las leyes.